En la búsqueda de vida fuera de la Tierra, los científicos tienen como única referencia la que hay que en nuestro planeta y por tanto, las condiciones que aquí se dan para albergarla. Pero, ¿y si otros mundos tuvieran un ambiente más propicio para que se desarrollen seres vivos? Es la hipótesis que lanza la científica de la Universidad de Chicago, Stephanie Olson, que sostiene que otros planetas fuera del Sistema Solar (exoplanetas) podrían albergar vida más exuberante y variada que la de la Tierra.
Su estudio, presentado durante la Conferencia de Geoquímica Goldschmidt celebrada hace unos días en Barcelona, se basa en una serie de simulaciones realizadas con el objetivo de determinar qué tipo de exoplanetas son los más propicios para albergar vida y poder centrar ahí los esfuerzos para descubrirla, ya que hasta ahora se han localizado alrededor de 4.000 exoplanetas.
En concreto, el equipo de Olson usó un software desarrollado por el Instituto Goddard de la NASA llamado ROCKE-3D que permite simular los climas y hábitats oceánicos de diferentes tipos de exoplanetas.
Sus conclusiones muestran que los patrones de circulación oceánica en otros mundos fuera del Sistema Solar podrían ser más adecuados para permitir que haya vida más abundante o más activa que en la Tierra.
Flujo de nutrientes
Tal y como explica la investigadora, la búsqueda de vida en el Universo que realiza la NASA se centra en la llamada zona habitable (es decir, que los planetas se encuentren a una distancia de su estrella que les permita tener agua líquida y que, por tanto, no sean ni demasiado fríos ni demasiado calurosos). Esos planetas serían los que potencialmente podrían tener océanos de agua líquida.
Pero como dice Olson, no todos los océanos son igualmente adecuados para que haya vida y los hay más propicios que otros.
En la Tierra, la vida en los océanos depende del flujo ascendente de nutrientes desde las profundidades del océano hasta la zona más superficial (un fenómeno llamado surgencias de aguas marinas o afloramiento). Cuanto mayor sea el flujo de nutrientes, más actividad biológica. Y eso es lo que han mirado en los exoocéanos.
Con esos modelos identificaron el tipo de planetas que tienen la circulación oceánica más eficiente, concluyendo que desde el punto de vista de la habitabilidad, la Tierra no es un lugar óptimo.
«La vida oceánica y la vida terrestre tienen un origen común en la Tierra e interactúan mutuamente de muchas formas. Es difícil decir cómo funciona esa relación en otros planetas pero es posible que lo que sea favorable para la vida oceánica lo sea para la terrestre. Nuestro trabajo sugiere que la presencia de superficie terrestre, ya tenga vida o no, favorece ese ascenso de masas profundas de agua, mientras que los ríos suponen una fuente adicional de nutrientes para el océano«, explica a este diario Olson.
No ha seleccionado planetas
De momento, no ha seleccionado planetas para probar su teoría: «Desafortunadamente no tenemos grandes candidatos todavía pero los tendremos pronto, cuando se desarrolle y lance la próxima generación de telescopios espaciales. Es importante saber de antemano qué vamos a buscar para asegurarnos que los instrumentos tienen la capacidad de reconocer la vida», apunta a través de un correo electrónico.
«Encontrar vida fuera de nuestro sistema solar es un reto muy grande. Lo es incluso identificarla en un planeta que se parezca a la Tierra primitiva», admite la científica. Por ello, añade, «es esencial localizar a los objetivos más prometedores».
Fuente: TERESA GUERRERO / EL MUNDO,
Artículo de referencia: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2019/09/02/5d651ae6fdddffa05f8c0811.html,