«Estamos de verdad en una carrera contrarreloj». El mensaje del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, queda claro: no podemos perder el tiempo, vivimos en un escenario de emergencia climática.
Guterres ha hecho de la metáfora de la carrera un recurso habitual en sus discursos sobre cambio climático. Y no puede ser más conveniente, porque la realidad es esa, o nos damos prisa en adoptar las medidas adecuadas o no llegaremos a la meta.
Por eso rechaza discursos diluidos y pide acciones concretas para enfrentar esta emergencia. Reducir un 45% la emisión de gases de efecto invernadero, limitar la temperatura global entre 1,5ºC y 2ºC y aumentar a 32% la cuota de energías renovables y la eficiencia energética son algunas de las más urgentes de cara a 2030.
Además de la urgencia de las medidas, Guterres pide cooperación para que, en esta carrera global, la sociedad al completo se pase el testigo: jóvenes y no tan jóvenes, científicos, empresas, gobiernos… La responsabilidad es común: “Necesitamos que todas las instituciones, públicas y privadas, elijan la economía verde”, declaraba en la clausura de la pasada Cumbre del Clima.
Emergencia climática
Estos mensajes de Guterres cobran este 24 de octubre, todavía más fuerza. El día que la ONU celebra el 74 aniversario de la Carta de Naciones Unidas, el día que recuerda su propósito fundacional, garantizar la paz y la seguridad internacionales.
Los Días Internacionales se celebran para sensibilizar a la sociedad, para trasladar que existe un problema relacionado con los derechos humanos, la sostenibilidad o la salud, sin resolver.
La lucha contra el cambio climático no podría encajar mejor en esta definición. Es un problema que no solo afecta a todas las personas, sino que es y será cada vez más determinante en todas las dimensiones de la vida: economía, salud, trabajo, relaciones sociales…
Reivindicar esta urgencia y continuar transmitiendo el mensaje de que si tomamos las medidas adecuadas, todavía se pueden mitigar muchas de sus consecuencias, es esencial para avanzar y atajar el problema.
El mensaje está calando. La población civil se ha echado a las calles, liderada por los jóvenes, para declarar el estado de emergencia climática, grandes corporaciones de todo el mundo se han unido y han definido objetivos para limitar la temperatura global a 1,5ºC y alcanzar la neutralidad en carbono y algunos gobiernos empiezan a comprometerse con la economía verde.
España
España es uno de los países europeos más vulnerables a la emergencia climática y ha puesto en marcha un Anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética para cumplir el objetivo marcado por la Unión Europea: ser neutros en carbono en 2050.
Reducir las emisiones de efecto invernadero, incentivar el uso de la energía renovable y garantizar el acceso al agua, son los pilares de un proyecto que inicia un proceso de transformación del país para adaptarse a un futuro marcado por el cambio climático.
Ahora ya solo es necesario que el anteproyecto sea aprobado y convertido en ley, una ley transversal y vinculante, que aglutine el compromiso de la sociedad, de las instituciones y de los políticos.
Fuente: Cristina del Estal Espeso / Planeta Inteligente – EL MUNDO,
Artículo de referencia: http://www.planetainteligente.elmundo.es/retos-y-soluciones/emergencia-climatica-una-carrera-contrarreloj,