El cambio climático, o, como se le conocía hasta hace unos pocos años, el efecto invernadero, no es un invento moderno. Al contrario. El 14 de agosto de 1912 -exactamente cuatro meses después de que el Titanic se hundiera tras chocar con un iceberg -el diario neozelandés Rodney and Otamatea Times.
Waitemata and Kaipara Gazette publicaba en su sección de Notas y Noticias de la Ciencia el siguiente titular: «El consumo de carbón afecta al clima».
Era una noticia de solo cuatro frases, que decía textualmente: «Las calderas del mundo están quemando 2.000 millones de toneladas de carbón al año. Cuando esto arde, uniéndose al oxígeno, añade 7.000 millones de dióxido de carbono a la atmósfera anualmente. Esto tiende a hacer del aire una manta más efectiva para la Tierra y a elevar su temperatura. El efecto puede ser considerable en unos pocos siglos».
La historia tiene su interés. No solo desde el punto de vista de las políticas públicas o del medio ambiente, sino también desde la perspectiva del periodismo. Y ahí los informadores salimos muy mal parados. Porque el Rodney and Otamatea Times.
Waitemata and Kaipara Gazette -que hoy, por fortuna, ha reducido su nombre a Rodney Times– había plagiado, palabra por palabra, esa noticia del diario australiano Braidwood Dispatch and Mining Journal, que a su vez también la había copiado del semanario de ese país The Shoalhaven Telegraph.
Cambio climático
Así, tirando del hilo climatológico-periodístico, se descubre una oleada de violaciones de derechos de autor hasta llegar al origen de las cuatro frases: un extenso artículo de 2.500 palabras titulado significativamente «¿Está nuestro clima cambiando? El efecto de la combustión de carbón en el clima. Qué predicen los científicos», publicado en el número de marzo de 1912 por la revista estadounidense de divulgación científica Popular Mechanics.
Todos estos plagios solo revelan que las bases científicas del calentamiento global son muy viejas.
De hecho, el 7 de diciembre de 1882, la revista científica Nature -que aún existe hoy y es una de las más prestigiosas del mundo- publicaba una carta al director analizando las investigaciones del científico irlandés John Tyndal en la que se llegaba a la conclusión de que «la creciente polución de la atmósfera tendrá un marcado impacto en el clima del mundo».
A su vez, esa carta respondía a otra en la que se afirmaba que la combustión de carbón eliminaría la vida en la Tierra en 1900. Por fortuna, esa predicción no se ha cumplido.
Fuente: PABLO PARDO / EL MUNDO,
Artículo de referencia: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2019/12/03/5de10432fc6c8347498b45c2.html,