Aunque poco a poco se van conociendo más detalles sobre el coronavirus, hay algo que los expertos aún no tienen claro. ¿Fallecen las víctimas a causa del propio virus o lo hacen debido a una respuesta desproporcionada del sistema inmunitario de los pacientes, capaz de provocar fallos en órganos vitales? La duda asalta a los médicos cada día en los hospitales de todo el mundo y supone un obstáculo a la hora de determinar cuál es la mejor manera de tratar los casos más graves.
En un artículo recién aparecido en Nature, se explica que los datos clínicos sugieren con fuerza que el sistema inmune juega un importante papel en el declive y la muerte de las personas infectadas, y eso ha impulsado el uso de tratamientos capaces de reducir esa respuesta inmunitaria.
Pero algunos de esos tratamientos suprimen casi por completo las defensas naturales del organismo, y eso podría obstaculizar la capacidad del cuerpo para controlar la infección viral. ¿Es oportuno inutilizar el sistema inmune justo en el momento en que está luchando contra una infección?
Cócteles de terapias
La duda puede llegar a ser desesperante, y a medida que los enfermos inundan los hospitales los médicos, en su lucha por encontrar el modo de ayudar a sus pacientes, no tienen más remedio que tratar de orientarse a través de una marea de datos incompletos y estudios preliminares que no han sido aún debidamente revisados.
Comparten sus experiencias a través de las redes sociales y algunos incluso llegan a probar cócteles de terapias aún no ensayadas en su intento desesperado por salvar vidas.
Debe de resultar insoportable, se explica en Nature, observar cómo los pacientes se van deteriorando ante sus ojos y «existe una gran motivación por alcanzar cualquier terapia que creas que podría ser efectiva».
«Algunos de los primeros análisis de pacientes con coronavirus en China -prosigue el artículo- ya sugerían que podría no ser solo el virus el que devasta los pulmones y mata; en efecto, una respuesta inmune hiperactiva también podría enfermar gravemente a los pacientes o causarles la muerte».
«Algunas personas gravemente enfermas de COVID-19 tenían niveles altos de un tipo de proteínas en la sangre llamadas citoquinas, algunas de las cuales pueden aumentar las respuestas inmunes. Entre ellas, había una proteína de señalización, pequeña pero potente, llamada interleucina-6 (IL-6), que es una auténtica llamada a las armas para algunos componentes del sistema inmune, incluidas las células llamadas macrófagos. Los macrófagos alimentan la inflamación y también pueden dañar las células pulmonares normales. La liberación de esas citoquinas, conocida como tormenta de citoquinas, también puede ocurrir con otros virus, como el VIH».
Moderar la respuesta inmune al coronavirus
Lo ideal, entonces, sería un medicamento capaz de bloquear la actividad de IL-6 y reducir así el flujo de macrófagos hacia los pulmones. Conocidos como «inhibidores de IL-6», ese tipo de medicamentos ya existe para el tratamiento de la artritis reumatoide y otros trastornos. Investigadores de todo el mundo trabajan sin descanso para probarlos en pacientes con coronavirus.
Sin embargo, no hay en el planeta reservas suficientes de este inhibidor para aplicárselas a todos los que lo necesitan, por lo que muchos médicos, en muchos lugares, están recurriendo a los esteroides, que también amortiguan el sistema inmunitario. Lo cual constituye un problema.
De hecho, los inhibidores de IL-6 son capaces de reducir solo las respuestas inmunes que se rigen por la interleucina-6, permitiendo otras respuestas que pueden ayudar al cuerpo a combatir el coronavirus.
Pero los esteroides no son tan específicos, y reducen la capacidad del cuerpo para combatir las infecciones en general. «Estos medicamentos -puede leerse en Nature- no solo suprimirán los macrófagos, sino también las células inmunes llamadas T CD4, que son cruciales para iniciar las respuestas inmunitarias, y también las células T CD8, que son los asesinos antivirales del cuerpo, capaces de destruir las células infectadas con más precisión que los macrófagos». Recurrir, por lo tanto, a los esteroides, conlleva el riesgo de dejar a los pacientes totalmente indefensos.
En busca de una terapia combinada
Resulta muy difícil distinguir qué parte del daño se debe a la acción directa del coronavirus y cuál a la actuación del sistema inmune, aunque el mal estado de muchos pacientes suele ser una combinación de los dos.
En ausencia de una respuesta clara, muchos esperan que los investigadores lleguen a desarrollar una terapia combinada, como un inhibidor de IL-6, que no suprime por completo el sistema inmunitario, junto a algún medicamento antiviral que actúe directamente contra el virus.
Con todo, el uso generalizado de esteroides podría tener algún beneficio, aunque nadie puede estar seguro de ello. La única forma de saber si ese tratamiento está funcionando sería hacer un amplio ensayo clínico.
Fuente: José Manuel Nieves / ABC,
Artículo de referencia: https://www.abc.es/ciencia/abci-como-mata-coronavirus-no-saberlo-dificulta-hallar-tratamiento-efectivo-202004162107_noticia.html,