El Parlamento Europeo abogó este miércoles por reducir las emisiones de CO2 en un 60% en 2030, posición que sitúa a la Eurocámara en una senda más ambiciosa que la Comisión Europea (55%) de cara a la negociación final con el Consejo, que representa a los países de la Unión Europea (UE).
El ajustado voto en el plenario (con 352 papeletas a favor, 326 en contra y 18 abstenciones), traslada un mensaje al Consejo, donde se espera que los jefes de Estado y de Gobierno de la UE envíen una señal política al más alto nivel bien en la cumbre de los próximos 15 y 16 de octubre o en la cita del 10 y 11 de diciembre.
Después, a nivel ministerial, los países cerrarán los detalles de su posición y podrá iniciarse la negociación tripartita entre Europarlamento, Comisión y Consejo.
Impulso hacia la transición energética
Sea cual sea el resultado final, la revisión de la normativa supondrá un impulso para acelerar la transición energética respecto al vigente objetivo de recortar las emisiones de CO2 en un 40% en relación con los valores de 1990, una parte importante de la Ley del Clima, uno de los pilares del mandato de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
El objetivo último del Pacto Verde de Bruselas es adaptar la normativa europea en muchos y muy variados ámbitos para alcanzar la meta de descarbonizar la economía europea en 2050, de forma que la UE solo emita los gases de efecto invernadero que sea capaz de absorber en su territorio.
De esa forma, el bloque comunitario refuerza su posición de vanguardia en materia de transición energética y cambio climático, una apuesta aún más firme de la UE como estrategia de recuperación económica tras la pandemia de coronavirus.
El vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea para el Pacto Verde, el socialdemócrata holandés Frans Timmermans, dijo al defender la propuesta del Ejecutivo que la transición ecológica requiere “ayudar a los hogares y las regiones a que nadie se quede atrás” y “combatir a pobreza energética”.
Sumideros de carbono para absorber CO2
Uno de los aspectos técnicos por aclarar es si la reducción de emisiones será neta, como reclaman las sensibilidades más ecologistas, o si incluirá el cómputo del efecto potencial de los llamados “sumideros de carbono” como bosques u otras superficies con capacidad de absorber CO2, opción preferida por quienes creen que la UE no debe comprometer la competitividad de su industria con retos demasiado exigentes.
Si se computan los sumideros de carbono, el 55% que propone la Comisión sería en torno al 52% o 53% en términos netos. En el debate previo al pleno en el hemiciclo europeo, los democristianos defendieron un recorte del 55%, los socialdemócratas, los liberales y la izquierda del 60% y los ecologistas del 65%.
El voto en el Europarlamento tiene una doble lectura pues hay quienes creen que se debía optar por la opción “viable”, como señaló el eurodiputado conservador Peter Liese del Partido Popular Europeo, la formación con más peso en la cámara, mientras que otros como el liberal Pascal Canfin, de Renovar Europa, consideró que la postura de la Eurocámara debería ser táctica.
La postura táctica pasa por fijar unas exigencias elevadas sabiendo que, salvo sorpresa mayúscula, quedarán rebajadas tras el tira y afloja en la negociación con el Consejo y la Comisión.
A priori, existe un eje de división este-oeste entre las capitales, ya que hay 15 Estados miembros que abogan por ese 55% o posturas más ambiciosas (como Francia, Alemania, España, Suecia o Luxemburgo), otros 8 países con una posición menos clara o intermedia (como Rumanía, Eslovenia o Lituania) y otros cuatro defienden posturas más conservadoras (Bulgaria, Chequia, Hungría y Polonia).
Fuente: EFE VERDE,
Artículo de referencia: https://www.efeverde.com/noticias/eurocamara-reclama-recorte-co2-del-60-en-2030-mas-que-comision/,