El Consejo de Ministros acordó el pasado 30 de abril la aprobación de la Estrategia Española de Movilidad Sostenible, una hoja de ruta que marca los objetivos y las directrices generales que permitirán un cambio de modelo en los transportes en España, de manera que estos sistemas se rijan por criterios de sostenibilidad no sólo económica, sino también social y ambiental.
Esta hoja de ruta ha sido elaborada de forma conjunta por un grupo de trabajo interministerial presidido por los Directores generales de Planificación (Fomento) y de Calidad y Evaluación Ambiental (Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino), con la coordinación de la Oficina Española de Cambio Climático.
Partiendo de un análisis exhaustivo de la situación actual, la Estrategia realiza un diagnóstico sobre los aspectos más significativos del transporte de todo tipo en España, y todos sus posibles impactos (consumo energético, emisiones de gases de efecto invernadero, congestión…), y parcela en cinco áreas las acciones que pueden
llevarse a cabo para tender a una movilidad sostenible:
• Territorio, planificación del transporte y sus infraestructuras
• Cambio climático y reducción de la dependencia energética
• Calidad del aire y ruido
• Seguridad y salud
• Gestión de la demanda
El documento contiene un total de 48 medidas clasificadas en esas categorías, que concretan los objetivos y directrices generales y que otorgan especial atención al fomento de alternativas al vehículo privado y al uso de los modos más sostenibles, señalando además la necesidad de cuidar especialmente las implicaciones de la planificación urbanística en la generación de movilidad.
Entre las acciones propuestas destacan aquellas encaminadas al desarrollo de una red ferroviaria de altas prestaciones, a la creación de itinerarios ferroviarios preferentes para mercancías, al uso intensivo del transporte público y de modos no motorizados, así como a acciones complementarias, como el empleo de vehículos limpios y eficientes.
Con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, y basándose en criterios de equidad y de reparto justo de la riqueza, la Estrategia Española de Movilidad Sostenible apuesta por acudir a formulas voluntarias de actuación conjunta, con implicación activa de agentes sociales, instituciones, empresas y ciudadanía en general,
para su implementación a todos los niveles y por la promoción de pautas que, en suma, propicien el cambio necesario en el modelo actual de movilidad.