¿Dónde se generan realmente los residuos que acaban en los mares? ¿Cómo se acumulan las basuras marinas? ¿Qué son los microplásticos y cómo se producen? El centro tecnológico AZTI analiza estas cuestiones y destierra algunos mitos sobre este tipo de contaminación.
Los estudios científicos más relevantes sobre contaminación marina que estudian las basuras marinas plásticas apuntan a que entran de media 8 millones de toneladas de plástico cada año a nuestros mares y océanos. Son estudios basados en estimaciones a escala global de plástico mal gestionado en poblaciones costeras y que potencialmente puede llegar al mar. Pero, ¿qué pasa con las basuras generadas por fuentes marinas como pueden ser el transporte marítimo, pesca, acuicultura, turismo azul, etc.?
¿Dónde surgen las basuras marinas?
A esta incertidumbre se le tiene que añadir otra afirmación que se escucha con frecuencia y que hace referencia al hecho de que el 80% de las basuras marinas proviene de fuentes terrestres. Estos datos se tienen tratar con precaución ya que pueden variar mucho en función de la zona de estudio.
Gracias a muestreos realizados en el marco del proyecto LIFE LEMA, el centro tecnológico AZTI, especializado en investigación del medio marino, ha podido comprobar, que el 55% (en peso seco) de la basura marina que flota en aguas costeras del golfo Bizkaia, corresponden a fuentes marinas -un 35% si nos atenemos al número de objetos-.
Esto da pie a desmitificar esa afirmación y resaltar la necesidad de estudiar cada región para poder establecer medidas de actuación contra este tipo de contaminación marina adaptadas a cada sector que la genera.
Respecto al origen de la basura, puede que alguna vez hayas pensado que la basura marina que ves se ha producido en otro sitio, pero no. La basura encontrada en el golfo de Bizkaia es principalmente la generada por los habitantes del golfo de Bizkaia, no proviene de China… así que es hora de entonar el “mea culpa”.
Manchas y líneas, distintas formas de acumulación
Se estima que cerca de la mitad de la basura marina flotante (BMF) a nivel mundial está confinada en grandes zonas de acumulación o manchas de basuras.
Estas manchas se forman en zonas subtropicales debido al movimiento inercial de la tierra y están asociadas a grandes giros subtropicales formados en las zonas de convergencia global en el océano atlántico norte y sur, en el pacífico norte y sur y en el océano Índico. Se trata de estructuras de varias centenas de km donde la cantidad de basura es alta, pero está dispersa en un área de gran tamaño.
A medida que nos acercamos a costa, la basura puede acumularse en otro tipo de estructuras que adoptan otras formas. En estos casos, en vez de ser una especie de mancha, se convierten en líneas irregulares de entre 10 m y 10 km de longitud, que la comunidad científica ha denominado líneas de basura o Marine Litter Windrows en su terminología en inglés. Su comprensión sigue siendo un gran reto para la comunidad científica.
Sin embargo, el hecho de que la basura se acumule en este tipo de estructuras en costa hace posible que las acciones de recogida en aguas costeras sean eficientes. Sin estructuras de este tipo, la recogida activa sería impensable.
En este sentido, AZTI está promoviendo esta línea de investigación, estudiando la ocurrencia, formas, periodicidad y presencia de biota en estas líneas de basura. Esta información es primordial para mejorar las tecnologías existentes de gestión de basuras marinas en costa como la LEMA tool, herramienta para predecir las zonas de acumulación de las BMF desarrollada dentro del proyecto europeo LIFE LEMA.
Microplásticos: ¿qué son y cómo se producen?
Los microplásticos, considerados como contaminantes emergentes, son partículas de plástico de tamaño entre 1 µm y 5 mm, de diferentes materiales plásticos, formas y colores. Este tipo de contaminación marina se divide en dos grupos:
- Los microplásticos primarios son los que se producen industrialmente con este tamaño para diferentes fines: cosmética, pinturas, fertilizantes etc.
- Los microplásticos secundarios son los que se producen en el medio como resultado de procesos de fragmentación y degradación (desgaste, fricción, cambios climatológicos, etc.) de piezas de plástico de mayor tamaño que han llegado al medio debido a una mala gestión en tierra.
Unos llegan al medio por vertido directo y otros se producen en el medio. Se transportan por medio acuático desde las cuencas al océano y por la atmosfera, además de a través de posibles vertidos directos.
Ya en diferentes estudios se ha demostrado la gran abundancia de los microplásticos en el medio acuático, terrestre y atmosférico. Muchos otros estudios han demostrado la bioacumulación de los nano y microplásticos en la fauna animal y, por tanto, también han aumentado los estudios de bioamplificación. Además, están siendo cada vez más los estudios que ensayan la toxicidad de los aditivos de los plásticos, pudiendo ser más tóxicos que los propios plásticos y sus efectos.
La clave está en que las prohibiciones de producción y uso de microplásticos vayan de la mano de buenas políticas de gestión de residuos y reciclado entre otras cosas, para poder conseguir una mitigación real de los plásticos y microplásticos en el medio. Por muchos estudios que se hagan sobre la abundancia, toxicidad y efectos, hay que evitar que los plásticos, y por ende los microplásticos, lleguen al medio, y eso depende del uso y gestión que cada uno de nosotros hagamos de esos materiales.
Fuente: Residuos Profesional,
Artículo de referencia: https://www.residuosprofesional.com/tres-cosas-sobre-basuras-marinas/,