Con artillería pesada. Así se han propuesto las autoridades chinas controlar el clima en Beijing durante la celebración de las olimpiadas el próximo mes de agosto. Su objetivo: impedir que la lluvia les agüe la fiesta.
La información meteorológica durante el gran evento será proporcionada por un extenso arsenal de satélites y radares meteorológicos. La supercomputadora IBM p575 será la encargada de procesar en tiempo real los datos de una superficie de más de 25.000 kilómetros cuadrados en torno al centro deportivo. Y si se detecta un frente nuboso, dos aviones y veinte unidades de artillería dispuestas en los alrededores de Beijing bombardearán las nubes con hielo seco y yoduro de plata, para que suelten toda el agua antes de llegar al estadio.
Además, en el caso de que estas medidas no fueran suficientes, el responsable de la Oficina para la Modificación del Clima de la ciudad, Zhang Qian, ha previsto lanzar nitrógeno líquido para "aumentar el número de gotas y disminuir su tamaño medio, evitando que se precipiten al suelo".