Involucrar al sector marítimo internacional para evitar las colisiones de barcos con ballenas es el objetivo de ‘Whale-Safe’, una certificación de seguridad que se crea para reducir la “masacre silenciosa” de los casi 20.000 ejemplares que, según algunas estimaciones, mueren embestidos cada año.
A día de hoy la industria ballenera mata “unas 1.000 ballenas al año con fines comerciales”, por lo que las colisiones entre cetáceos y barcos pasan a ser “la principal amenaza”, explica a Efe el director de la Organización Mundial de Sostenibilidad y del programa de certificación ‘Friend of the Sea’, Paolo Bray.
Las embarcaciones también “dispondrán de un procedimiento para reaccionar y evitar a los mamíferos marinos cercanos” y compartirán sus observaciones de ballenas en tiempo real a través de una plataforma en línea “a disposición de todos los barcos de la zona y con fines estadísticos”.
‘Whale-Safe’, que nace el pasado mes de abril, está disponible para navíos de cualquier tamaño, además de para líneas de carga y cruceros, compañías pesqueras, transbordadores, operadores de observación de ballenas, ejército y agencias nacionales.
“Esperamos que la certificación sea un aliciente para sumarse al programa”, indica Bray, ya que, además de ser “una distinción“ para las empresas constituye “una demostración de sus esfuerzos por proteger a las ballenas, ante los consumidores y el resto de compañías del sector”.
Aumento de los impactos sobre cetáceos
Según Bray, el volumen de la industria naviera mundial se duplica cada 10 años y la velocidad media de los buques modernos ha aumentado, lo que incrementa los impactos letales sobre los cetáceos. Además, las tripulaciones “a menudo no se dan cuenta de que se ha producido una colisión“ por lo que la mayoría de las ballenas que mueren se hunde en el fondo del mar “y sólo un 10% de ejemplares quedan varados en la costa” y pueden ser atendidos.
Las cerca de 20.000 ballenas que se cree mueren cada año por estos choques representarían aproximadamente el 1% del número total de animales estimados de esta familia biológica en los océanos del planeta.
Un problema que puede llevar a la extinción
Sin embargo, “algunas especies como la ballena azul están formadas por sólo unos pocos de miles de ejemplares” por lo que este problema “podría llevarlas a la extinción”, asegura Bray.
Evaluar el estado de una población de ballenas “no es sencillo“, según este especialista, puesto que “pasan la mayor parte del tiempo bajo el agua, algunas poblaciones habitan en las regiones más remotas o no hay datos históricos disponibles”. Por ello, de la veintena de poblaciones localizadas, seis están sanas, tres son vulnerables, cuatro se hallan en peligro de extinción, dos en peligro crítico de extinción y de siete más no hay datos suficientes.
Las ballenas, responsables de capturar una “alta proporción de carbono”
Bray afirma que “las ballenas son directa e indirectamente responsables de capturar una alta proporción de carbono”, pues absorben 33 toneladas de dióxido de carbono durante su vida y, cuando mueren, ese CO2 se hunde en el océano. Además, aunque consumen grandes cantidades de plancton, “también estimulan el crecimiento de este conjunto de organismos que absorbe el 40 % del carbono producido a nivel mundial”.
Fuente: Rafael González / EFE VERDE,
Artículo de referencia: https://www.efeverde.com/noticias/certificado-evitar-muerte-ballenas-choque-embarcaciones/,