El Instituto Tecnológico del Juguete (AIJU), en colaboración con Obras Sociales CAM, ha desarrollado un proyecto que incorpora cáscara de almendra a material plástico para la fabricación de juguetes, para aumentar las características biodegradables de los artículos fabricados y proporcionar nuevos usos a residuos naturales producidos en cultivos mediterráneos", según informaron en un comunicado fuentes de Caja Mediterráneo.

Las conclusiones del informe del departamento de Ingeniería de Producto del centro de investigación con sede en Ibi (Alicante), que cuenta con un respaldo económico de 60.000 euros por parte de Caja Mediterráneo, destacan que los estudios realizados con polietileno de alta densidad (HDPE) y poliestireno (PS) "han demostrado la posibilidad de mezclar y procesar mediante métodos convencionales, como extrusión e inyección, compuestos de plásticos con cáscara de almendra en proporciones de hasta un 45 por ciento en peso".

En este sentido, desde AIJU indicaron que "la incorporación de cáscaras de almendra, un recurso natural renovable, a formulaciones de materiales plásticos puede contribuir a mejorar los problemas medioambientales". Además, esta unión de materiales "permitirá abaratar el coste del producto final ya que el precio aproximado de la cáscara de almendra es cercano a los 20 céntimos por kilográmo, mientras que el precio del HDPE o del PS es mayor".

Estos refuerzos naturales "aseguran el reciclaje, ya que se descomponen fácilmente sin presentar ningún tipo de residuo tóxico, y pueden ser eliminados por procesos de biodegradación". Asimismo, esta propiedad les permite "una mejor disposición y aprovechamiento de las piezas elaboradas con estos materiales una vez terminado su ciclo de vida".

El aspecto visual de los productos obtenidos resultantes de esta sustitución parcial resulta "similar" al de la madera, con la ventaja de que a diferencia de ésta, los materiales compuestos de almendra se pueden transformar como plásticos, lo cual da "una flexibilidad de diseño y una rapidez de fabricación importante, no teniendo que modificar las empresas sus líneas de producción, ni los materiales que hasta ahora emplean.

En cuanto a las posibles aplicaciones del producto final, al margen del sector juguetero, los sectores en los que se puede introducir este producto son la construcción, el automóvil, muebles, objetos decorativos, parques infantiles, o perfiles de ventanas y puertas.

Este proyecto forma parte del convenio suscrito entre Caja Mediterráneo y AIJU para el impulso de la I+D+i en las empresas de la Comunitat Valenciana, como ejemplo del compromiso de Obras Sociales CAM con el desarrollo económico de su entorno y su implicación con la mejora del tejido empresarial y comercial.



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