Lo que no se conoce no se puede proteger, y el mar es el campeón de las incógnitas. Miles de especies esperan a ser descubiertas, pero también especies ya conocidas de gran interés económico requieren una mayor comprensión para evitar su desaparición. Por ello, un grupo de científicos de más de 80 países se ha impuesto un objetivo titánico y sin precedentes: Presentar en octubre de 2010 una lista global con todas las formas de vida en el mar.
Los investigadores del Censo de la Vida Marina (CoML en sus siglas inglesas), con un presupuesto de unos 650 millones de euros, trabajan para lograr evaluar y explicar la diversidad, distribución y abundancia pasada, presente y futura de las especies de todos los océanos del mundo. Para ello cuentan con el apoyo de diversas instituciones internacionales, entre las que destaca Naciones Unidas, así como varias ONG y organizaciones científicas.
Desde que comenzó su singladura, en el año 2000, sus responsables han añadido más de 5.600 especies al denominado Sistema de Información Biogeográfico Oceánico (OBIS), una base de datos global y geo-referenciada de las especies marinas, accesible en Internet con herramientas para visualizar las relaciones entre las especies y el ambiente.
En la actualidad, OBIS contiene unos catorce millones de registros, aunque en 2010 se espera aumentar esta cifra considerablemente. La idea de este sistema es ofrecer a los usuarios datos sobre especies antiguas y nuevas, así como mapas de los océanos, que puedan ser consultadas libremente en esta web.
Por otra parte, también se estimarán cuántas especies siguen sin ser conocidas, un número que según los responsables de este proyecto podría sobrepasar el millón. Y es que gran parte del océano sigue inexplorado: La mayoría de los registros de la base de datos corresponden a observaciones cercanas a la superficie y no a más profundidad de mil metros.
Descubrimientos importantes
Mientras llega esa fecha, los científicos del CoML han realizado también importantes hallazgos, algunos de los cuales pueden verse incluso en vídeo. Por ejemplo, estos expertos han localizado centenares de especies desconocidas hasta entonces. Para realizar esta labor de catalogación, los investigadores utilizan dispositivos electrónicos rastreadores, unas "etiquetas" que envían los datos por satélite para ser procesados posteriormente.
Asimismo, los expertos del CoML han señalado evidencias de que la biodiversidad marina está disminuyendo debido a la acción del ser humano. En este sentido, diversos estudios predicen para 2050 el fin de la pesca comercial si la tendencia actual continúa. Por ello, el Censo contribuirá a conocer mejor el alcance de este problema, de manera que permita a los responsables gubernamentales tomar decisiones más acertadas.
Por otra parte, desde el CoML también se trabaja para determinar la distribución de las especies y su población, o biomasa. Gracias a estos datos, se podrán producir mapas con diversos parámetros, y evaluar por ejemplo las posibles consecuencias del cambio climático.
La gran magnitud de este primer censo marino ha llevado a repartirse el trabajo en diecisiete proyectos (su distribución puede verse en un mapa en Internet) que cubren seis zonas oceánicas con sus respectivas sub-áreas. Así, los científicos estudian desde las aguas polares hasta las aguas tropicales, desde las zonas intermareales compartidas con los humanos hasta las fosas de más de 10.000 metros de profundidad, donde habitan las criaturas abisales.
Por ejemplo, las aguas europeas son estudiadas por un equipo (EuroCoML) con base en la Asociación Escocesa de Ciencias Marinas. Por su parte, aprovechando el desarrollo del Año Polar Internacional, durante los años 2007-2009, se trabajará en la elaboración de un Censo de la Vida Marina Antártica.
El pasado y el futuro también a estudio
Además de las especies actuales, los investigadores del CoML analizan también los archivos históricos y ambientales de especies desde el año 1500, cuando la depredación humana empezó a ser importante. La idea es crear una Historia de las Poblaciones Animales Marinas (HMAP en sus siglas inglesas), cuantificando cómo la pesca y las fluctuaciones ambientales modificaron lo que vivía en los océanos. Todos estos datos también se incorporan al la base de datos del OBIS.
Por su parte, la red dedicada al Futuro de las Poblaciones de Animales Marinos (FMAP en inglés) integra una extensa colección de datos generada por el Censo a partir de modelos matemáticos, que tratan de predecir el impacto de las influencias ambientales y humanas en la vida de los océanos.