La erupción volcánica del Fagradalsfjall de 2021 en Islandia han ofrecido nuevas pruebas que ayudan a los vulcanólogos a comprender los procesos que impulsaron la erupción y para el seguimiento futuro de la actividad volcánica.
El volcán Fagradalsfjall se encuentra en la península de Reykjanes, a unos 40 kilómetros de Reykjavík, Islandia. La actividad volcánica anterior en la península de Reykjanes en los últimos 3000 años se ha caracterizado por períodos eruptivos de 200 a 300 años, generalmente separados por 800 a 1000 años de latencia.
La erupción de 2021 comenzó el 19 de marzo, después de alrededor de 800 años de inactividad, y estuvo precedida por varias semanas de actividad sísmica elevada y deformación de la superficie que disminuyó inusualmente en los días previos a la erupción. Inicialmente, la erupción tuvo una tasa de flujo de magma baja y flujos de lava mínimos, pero hacia fines de abril, la tasa de flujo de magma aumentó y se observó una gran fuente de lava.
Precursores de la erupción
Los detalles de esta nueva erupción se analizan ahora en un par de artículos publicados este miércoles en la revista Nature. En el primero de ellos, Freysteinn Sigmundsson, Michelle Parks y sus colegas investigaron los precursores de la erupción. Las tasas de desplazamiento del suelo y la cantidad de terremotos aumentan antes de muchas erupciones, a medida que el magma se abre camino hacia la superficie.
Aunque la erupción de 2021 en Islandia estuvo inicialmente precedida por un aumento de la actividad sísmica y la deformación de la superficie entre el 24 de febrero y mediados de marzo, se observó una disminución de la deformación y la sismicidad durante varios días justo antes de la erupción. Los autores proponen que las fuerzas se almacenan en la corteza terrestre antes de las erupciones, debido a los movimientos de las placas que cubren la superficie terrestre.
Antes de las erupciones, estas fuerzas pueden liberarse a medida que el magma ingresa a la corteza terrestre, y la subsiguiente disminución de la actividad sísmica y la deformación del suelo pueden significar que este proceso está llegando a su fin temporalmente y que el magma entrará en erupción. Los hallazgos demuestran que la interacción entre los procesos volcánicos, el estrés tectónico y la composición de la corteza deben tenerse en cuenta al pronosticar erupciones, concluyen los autores.
La fuente del Fagradalsfjall
En el segundo artículo, Sæmundur Halldórsson y sus colegas examinaron la lava expulsada durante los primeros 50 días de la erupción. Estos análisis revelaron una fuente directa de magma desde el límite entre la corteza terrestre y el manto (la zona cercana a Moho). Los autores señalan que las lavas en erupción cambiaron con el tiempo; durante las fases iniciales de la erupción, la lava provenía predominantemente de cerca de la interfaz entre la corteza y el manto, pero durante las siguientes semanas la composición cambió, lo que indica que procedía de magmas generados a mayores profundidades.
Estos hallazgos demuestran que la zona de almacenamiento de magma cercana a Moho es un entorno extremadamente dinámico, con una mezcla de magmas que ocurre en escalas de tiempo increíblemente cortas (días a semanas). Esto nos muestra qué tan rápido se pueden formar cuerpos de magma en tiempo real.
Fuente: VozPópuli
Artículo de referencia: https://www.vozpopuli.com/next/fagradalsfjall-erupcion-2021-nature.html