Las emisiones de los ejércitos del mundo deben contarse e informarse, argumentan Oliver Heidrich, Oliver Belcher y sus colegas en un artículo de opinión publicado este miércoles en la revista Nature.
Los autores destacan que las fuerzas armadas de EE. UU. y el Reino Unido emiten tanto dióxido de carbono per cápita como muchos países intensivos en carbono. Sostienen que las emisiones militares deben reconocerse oficialmente e informarse con precisión en los inventarios nacionales, y que las operaciones militares deben descarbonizarse.
Se estima que la participación de los ejércitos en las emisiones globales de gases de efecto invernadero es de alrededor del 1% al 5%, comparable a las emisiones de las industrias de la aviación y el transporte marítimo. Sin embargo, los militares se han quedado fuera de los acuerdos internacionales para declarar emisiones desde el Protocolo de Kioto de 1997, sobre la base de preservar la seguridad nacional.
Falta de datos
La falta de datos publicados dificulta la estimación de los totales, y solo un puñado de fuerzas, incluidas las del Reino Unido y los Estados Unidos, han publicado documentos de estrategia sobre la acción climática.
También faltan metodologías precisas para calcular las emisiones de las actividades militares, señalan los autores. Por ejemplo, el registro es casi imposible en lugares hostiles, inseguros o que cambian rápidamente.
Los ejércitos más emisores
Sobre la base de los datos disponibles sobre el uso de combustible, los autores señalan que solo las fuerzas de EE. UU., las más grandes del mundo en términos de gastos, emiten más gases de efecto invernadero que muchos países, incluidos Perú, Singapur y Suiza. Si fuera una nación, el ejército estadounidense tendría las emisiones per cápita más altas del mundo (42 toneladas métricas de CO2 por miembro del personal).
Heidrich y sus coautores sugieren que el total real podría ser aún mayor: si se tienen en cuenta otros suministros de energía, materias primas, cadenas de suministro y fabricación de equipos, las estimaciones de emisiones podrían aumentar drásticamente.
Las emisiones de la guerra agregarían aún más. Los investigadores deben calcular esto para comprender cómo los conflictos armados impactan en el clima y para ayudar a los países a trazar vías de recuperación bajas en carbono. “Se necesita una metodología estandarizada y un marco de evaluación integral para las emisiones de gases de efecto invernadero, incluidas las emisiones integradas en los productos a lo largo de sus ciclos de vida”, concluyen los autores.
Fuente: Vozpópuli
Artículo de referencia: https://www.vozpopuli.com/next/ejercitos-emisiones-co2.html