El proyecto, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, se ha desarrollado con la colaboración de la Agencia Catalana del Agua (ACA) y la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).
En la Casa del Agua de Tortosa se desarrolla una jornada para presentar los resultados y conclusiones del proyecto a los ciudadanos, gestores, expertos y actores sociales, así como plantear un debate sobre las medidas a emprender para mejorar el estado ecológico del tramo final del río Ebro.
El tramo final del río ha sufrido recientemente cambios en la calidad del agua y de las comunidades biológicas. El aumento de la transparencia del agua ha comportado una proliferación importante de macrófitos, acentuada para la creciente alteración hidromorfológica del tramo final del Ebro, destaca la regularización y disminución de caudales.
Todo esto ha comportado una serie de cambios encadenados como la disminución del fitoplancton, proliferación de macrófitos, aparición masiva de mosca negra, cambios en las comunidades de invertebrados y peces, etc.
Estos cambios han tenido consecuencias socioeconómicas significativas; la proliferación de macrófitos y la disminución de cabales han perjudicado las captaciones de agua y la navegación fluvial, y la aparición de la mosca negra, con sus molestas picaduras, ha generado malestar en la población local y en los turistas.