Uno de los problemas del barrido mixto es el desplazamiento de los operarios desde sus centros de trabajo

El barrido mixto puede llevarse a cabo prácticamente en todos los viales de una ciudad, incluso en aquellos en los que no existe estacionamiento de vehículos, pues en ese caso actúa como un barrido mecánico de calzadas al que se le aportan residuos desde la acera. La única limitación al barrido mixto la presentan los pavimentos deteriorados o no continuos.

Una de las dificultades que tiene el barrido mixto para su implantación es el acceso del personal de barrido manual hasta el sector. El conductor se desplaza en la barredora y puede llevar con él a un operario y, en algunos modelos, a lo sumo, a dos; pero el resto del equipo debe desplazarse por otros medios. No existe una solución definitiva para este problema y las adoptadas son siempre locales.

En algunas ciudades, el personal de supervisión traslada a los operarios en su propio vehículo. Esto sólo es razonable si existen muy pocos equipos de barrido mixto. Otra solución consiste en repartir a los operarios en furgonetas medianas conducidas por un operario que posteriormente, y hasta que tenga que recogerlo al finalizar la jornada, realiza otra labor. Con este método es difícil conseguir una buena coordinación entre su llegada y la de la barredora; por otro lado, exige asignar al empleado que hace la distribución del personal una tarea par complementar el resto de su jornada.

Para grandes ciudades con programación de un número importante de servicios de barrido mixto, otra alternativa, menos problemática, es recurrir al autobús de reparto con la misma sistemática que para el barrido manual.

En todos los casos hay que establecer previamente las paradas y puntos de encuentro donde dejar y recoger a los operarios, contando con un porcentaje de tiempo perdido en estas operaciones.


Redacción Ambientum


 



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