La central nuclear de Ascó deberá analizar a casi 800 personas para conocer si han resultado contaminadas a raíz de un escape radiactivo el pasado 28 de noviembre, que no se conoció hasta finales de marzo.
Además, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) considera que el suceso ocurrido el pasado mes de noviembre en la central nuclear de Ascó ha sido más grave de lo inicialmente clasificado, por lo que ha elevado el nivel del mismo hasta la categoría 2 de la escala internacional de este tipo de sucesos, que va desde cero a siete.
Además ha abierto un expediente sancionador a la central por "proporcionar información incompleta y deficiente" al CSN sobre el alcance de la radiactividad emitida.
La información última del suceso ocurrido en Ascó el pasado 28 de noviembre le fue remitida ayer al CSN, y confirma el origen de la emisión y la naturaleza del vertido: partículas metálicas de activación. Las estimaciones que se han realizado superan con mucho las iniciales y se elevan a un máximo de 84,95 millones de bequerelios (Bq), equivalente a 2,3 milicurios.
El valor inicial estimado comunicado por Ascó era de 235.000 Bq, según el CSN informó en una nota este organismo.
"Del análisis de la cronología de los hechos se deduce que ya el pasado día 9 de abril el titular conocía que la información de actividad total vertida no era correcta y no lo comunicó al CSN, a pesar de haber sido requerido reiteradamente y por escrito", señala el CSN.
Por este motivo, el organismo ha abierto un expediente sancionador al titular de la central nuclear, a la vez que le "exigirá que depuren responsabilidades". Según el CSN "el impacto radiológico que se deriva de los nuevos datos sigue siendo muy poco significativo para la población del entorno de la central".
No obstante, la empresa va a realizar controles de radiactividad a las cerca de 800 personas que han pasado por las instalaciones.
Hasta el momento se han realizado mediciones a 579 personas, "sin encontrar en ningún caso indicios de incorporación e material radiactivo", asegura el CSN. En cualquier caso, el CSN va a iniciar una campaña de vigilancia radiológica independiente que complemente las medidas que ya realizó el día 5 de abril en el exterior de la instalación.
Ante la alarma suscitada por el incidente y la falta de datos rigurosos proporcionados por la operadora de la planta nuclear, la presidenta del CSN, Carmen Martínez Ten ha pedido comparecer en el Congreso de los Diputados para dar cuenta de todos los detalles disponibles.
Por otra parte, el diputado y portavoz de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) en el Congreso, Joan Herrera, ha exigido la suspensión inmediata de la empresa ANAV (participada por Endesa e Iberdrola) como titular de la central Ascó I, Ascó II y Vandellòs II por "esconder información" sobre la gravedad de la fuga ocurrida en Ascó I a finales de noviembre de 2007.
ICV ha solicitado la comparcencia del nuevo titular de Industria, Comercio y Turismo, Miguel Sebastián, en el Congreso de los Diputados para que explique lo sucedido.
De otra parte, la organización ecologista Greenpeace ha reclamado la "paralización cautelar" de la nuclear de Ascó tras conocerse el alcance del escape radiactivo.
"El CSN empieza ya a reconocer que minimizó la importancia del accidente de la central nuclear de Ascó que produjo la liberación al medio ambiente de partículas de material radiactivo (cobalto-60 y otros)", afirma Greenpeace en un comunicado.