Durante el encuentro, el Vicepresidente Cotino ha destacado que "la base de la situación hídrica en la que nos encontramos tanto en un lugar como en otro es la solidaridad y la justicia distributiva. El agua es un bien común y todos tenemos derecho a ella. Por eso no nos cansaremos de pedir el trasvase del Ebro con los excedentes que se produzcan".
"Desde el Ebro a Montmaneu hay 125 kilómetros, desde el Ebro a Castellón hay 125 kilómetros, ¿por qué en Cataluña sí y en la Comunidad Valenciana no?" ha afirmado Cotino. "El Gobierno Valenciano no se opone a que se realice el trasvase en Cataluña, pero exige al gobierno de Zapatero que haga lo mismo en la ComunidadValenciana", ha significado Cotino.
En el transcurso de la reunión, se han abordado otros aspectos como los proyectos europeos que lidera la Fundación Agua y Progreso. Entre ellos se encuentra el Proyecto "Water curia" que a la espera de la aprobación por parte de la Unión Europea, propone que el Tribunal de las Aguas sea exportado como modelo de resolución a zonas de conflicto hídrico.
Tamimi es también miembro del Consejo Nacional del Agua, National Water Council. En su calidad de experto, ha sido mediador con Israel para la resolución del conflicto por el agua, y galardonado con el Premio internacional "Ramal", de la Asociación Europea de las Ciencias, por su contribución científica en la problemática hídrica.
La desalación, siempre la última opción
Así mismo, el profesor Tamimi durante la reunión ha explicado su opinión sobre la desalación indicando que a su juicio cuatro son los motivos por los que esta opción debe ser siempre la última.
En primer lugar por el alto consumo de energía que implica la utilización de desaladoras. Esto hace fluctuar el precio de agua según el coste de la energía y crea inseguridad en el mercado de la producción.
Como segunda razón las desaladoras producen un nefasto impacto medioambiental. "Recoges 100 metros cúbicos de agua del mar y devuelves más de treinta toneladas de salmuera" ha afirmado el profesor.
En tercer lugar ha señalado el gran riesgo que para la salud pública puede suponer un fallo en la desalación bien sea causado por un error humano, del funcionamiento de la desaladora o por un sabotaje. Finalmente las desaladoras, ha señalado el profesor, son estructuras rígidas, los trasvases, en cambio, son elementos vivos.