La Organización Meteorológica Mundial (OMM) anunció este miércoles que la Tierra registró, contabilizando los datos del mes de agosto, el verano con las temperaturas más altas jamás vistas en nuestro planeta, registrando los tres meses consecutivos más calientes de la historia. Según advierte la OMM, el mes de agosto ha estado en 1´5 ºC por encima de la era preindustrial -comprendida entre los años 1850 y 1900- afectando principalmente al hemisferio norte. Además, el año 2023 se establece como el segundo año más cálido después de 2016.
Según el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) de la Unión Europea, las temperaturas globales de la superficie del mar se encuentran en niveles sin precedentes, y la extensión del hielo marino en la Antártida se mantiene en su mínimo histórico. Dentro de estos registros, destacan que el pasado mes de julio está catalogado como el mes más caliente de la historia de la Tierra.
António Guterres, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), declaró que este verano ha sido el más caluroso desde que se tienen registros:
Y añade que los líderes mundiales deben buscar soluciones climáticas:
El 2023 es el segundo año con las temperaturas más altas, sólo por detrás de 2016
El Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), a través de su boletín mensual, informa que el año 2023 es el segundo más cálido desde que se tienen registros, únicamente superado por las temperaturas registradas en el año 2016.
No es casualidad que en ambos años -2016 y 2023- se ha desarrollado el fenómeno meteorológico de «El Niño», un fenómeno climático que tiene lugar cada siete años. Se trata de un calentamiento temporal de varias regiones del océano Pacífico, donde los expertos lo consideran como una «catástrofe climática», ya que puede alterar la temperatura global, provocando fenómenos atmosféricos muy extremos como abundantes lluvias o sequías en muchos países del mundo.
El pasado mes de agosto, los océanos registraron un nuevo récord de temperatura media de la superficie del mar desde que se tienen registros, llegando a alcanzar los 20,98 °C. Estas temperaturas han superado la máxima histórica, registrada en marzo del año 2016. Además, los expertos de la OMM determinan que el calentamiento de los océanos perjudica notablemente los ecosistemas marinos, originando un incremento de las olas de calor marinas y fomentando el desarrollo de ciclones tropicales.
La extensión del hielo marino del Ártico alcanzó valores de un 10% por debajo de la media. Aun así, sobrepasó con creces el mínimo histórico registrado en agosto del año 2012. El hielo marino antártico han alcanzado su mínimo histórico para esta época del año, cuya reducción de la capa de hielo ha establecido valores mensuales un 12% inferiores a la media.
Clare Nullis, portavoz de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), manifestó que los valores del hielo marino antártico son excepcionalmente inferiores con respecto a la media para esta época del año:
La contaminación atmosférica causa más de 6´7 millones de muertes prematuras cada año
El Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) señala que el cambio climático, junto con la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural), son las principales actividades que están dañando tanto los ecosistemas como la salud de los seres humanos.
La contaminación atmosférica provoca más de 6´7 millones de muertes prematuras cada año. El 99% de todos los seres humanos que habitan en el planeta respira aire perjudicial para la salud. No solo afecta al lugar donde se genera, sino que afecta a todos los territorios de la Tierra.
Martina Otto, directora de la secretaría de la Coalición Clima y Aire Limpio del PNUMA, subraya que los seres humanos somos los principales responsables de la contaminación atmosférica:
Los seres humanos somos los principales causantes del aire contaminado, los cuales están relacionados con los combustibles fósiles. Mediante la quema de combustibles fósiles para generar energía, emitimos gases tóxicos a la atmósfera como el dióxido de carbono (CO2) y el ozono (O3).
Se la conoce como el «asesino invisible» porque ataca directamente nuestro cerebro, corazón y pulmones sin que apenas nos demos cuenta. Sus partículas venenosas, prácticamente del tamaño de una molécula, nos inflaman los pulmones, superando las barreras protectoras que estos contienen en nuestros organismos, llegando a provocar millones de muertes prematuras en todo el mundo cada año.
Fuentes: Redacción Ambientum, EFE VERDE, ONU