Los Veintisiete Estados miembros de la Unión Europea (UE), reunidos ayer en el Consejo de ministros de Medio Ambiente en Luxemburgo, llegaron a un acuerdo para revisar la directiva sobre el tratamiento de aguas residuales urbanas.
El propósito de esta revisión es ampliar su alcance y alinearla con los objetivos del Pacto Verde Europeo, además de ser uno de los resultados clave del plan de acción de contaminación cero de la UE. Las buenas prácticas realizadas por la Directiva han conseguido reducir la contaminación del agua y mejorar el tratamiento de los vertidos de aguas residuales durante los últimos treinta años.
Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra española en funciones para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, afirma que este acuerdo ayudará a mejorar el tratamiento de aguas residuales urbanas en la UE:
¿Qué son las aguas residuales y cómo se clasifican?
Las aguas residuales son aquellas aguas con impurezas cuya calidad ha sido afectada de forma negativa por la acción de los seres humanos. Proceden de vertidos de diferentes orígenes, principalmente domésticos e industriales, aunque también se usan en la agricultura, comercios, entornos urbanos y en la ganadería.
Las aguas residuales pueden llamarse de diferentes formas, también se conocen como aguas cloacales, aguas fecales, aguas negras y aguas servidas. Las aguas grises, las cuales provienen del uso doméstico que hacemos los seres humanos, también pertenecen a la categoría de aguas residuales.
Los seres humanos utilizamos una gran cantidad de agua en nuestra vida cotidiana, ya sea para usos domésticos o industriales. Una vez que ese agua ya ha sido utilizada, se recoge y se conduce a través de la red de alcantarillado hasta que llegan a las EDAR (Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales), donde es procesada y tratada para su depuración antes de su vertido para devolverla al medio natural en las mejores condiciones posibles.
Según su origen, existen varios tipos de aguas residuales, cuya clasificación se recoge en la directiva europea 91/271 CEE. Este reglamento diferencia tres tipos de aguas residuales:
Sistemas de recogida y planes de gestión de las aguas residuales urbanas
Los principales cambios acordados por los Veintisiete Estados miembros de la UE, pendientes de negociarse con la Eurocámara, consisten en mejorar la recogida y el tratamiento de las aguas residuales urbanas, ampliar la protección del medio ambiente y la salud humana y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Otro de los temas importantes que han acordado en el Consejo es ampliar el alcance de instalación de aguas residuales urbanas a todas las aglomeraciones de 1.250 habitantes, en lugar de a los municipios de 2.000 habitantes establecidos en la actual normativa.
El texto destaca que los planes de gestión integrada se revisarán al menos cada seis años, y el plazo para cumplir con esta obligación se ha ampliado del año 2030 al año 2035, con algunas excepciones:
Se ha ampliado la obligación de aplicar un tratamiento secundario, que consiste en la eliminación de materia orgánica biodegradable, a las aguas residuales urbanas antes de su vertido al medio ambiente para todas las aglomeraciones de 1.250 habitantes para 2035.
Para el año 2045, deben aplicar el tratamiento terciario (eliminación de nitrógeno y fósforo) en todas las plantas que sean de 150.000 habitantes o más. Hay un tratamiento adicional, bautizado como «tratamiento cuaternario» (eliminación de un amplio espectro de microcontaminantes) para todas las instalaciones de más de 200.000 habitantes.
Por último, otra de las obligaciones que deben cumplir consiste en monitorear las aguas residuales urbanas para rastrear la presencia de patógenos como el virus SARS-CoV-2 (coronavirus), la poliovirus y el virus de la gripe.
Fuentes: Redacción Ambientum, Consejo Europeo, EFE VERDE