La Junta Directiva de la Agencia Alimentaria de Reino Unido (FSA) ha cumplido finalmente con las previsiones. En su última reunión, celebrada días atrás, ha decidido aconsejar al Gobierno británico que inste a los fabricantes a retirar voluntariamente del mercado varios colorantes alimentarios, después de que un trabajo de la Universidad de Southampton vinculara el consumo combinado de estos aditivos y benzoato de sodio -combinación utilizada en bebidas refrescantes- con síntomas de hiperactividad en niños. Al mismo tiempo, los responsables del órgano británico encargado de la seguridad alimentaria consideran que estos aditivos deben eliminarse de las bebidas y alimentos en toda la Unión Europea, en un plazo no especificado.
La decisión se produce mientras la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria está evaluando todos los colorantes, aunque ya adelantó hace un mes que los resultados del estudio no eran lo bastante consistentes como para cambiar la ingesta recomendada de estos aditivos. Fuentes de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria señalaron por su parte que las autoridades españolas comparten la opinión del organismo europeo y están a la espera del resultado de la citada evaluación, si bien indicaron que el uso de estos colorantes es más frecuente en Reino Unido que en España, sobre todo, en alimentos envasados. Se trata de los colorantes E110 (amarillo anaranjado), E104 (amarillo quinoleina), E122 (carmoisina), E129 (rojo allura), E102 (tartrazina) y E124 (rojo cochinilla).
Por su parte, el vicepresidente de la Asociación Española de Fabricantes de Aditivos (AFCA), Roberto Xalabarder, tildó el estudio británico de "memez absoluta" y afirmó que no hay ningún motivo de alarma en relación con estos aditivos.