Con esta petición a la nueva Ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, la organización ecologista se suma a las movilizaciones del 17 de abril – Día Internacional de la Lucha Campesina. Una nueva crisis alimentaria mundial está comenzando a aparecer en muchos países y con toda violencia. Ahora el número de afectados está aumentando. Están surgiendo disturbios por alimentos y vuelven las colas para pedir ayuda alimentaria de gente hambrienta en muchos lugares del mundo.
Actualmente hay más de 852 millones de personas en el mundo que sufren hambre y desnutrición. Y todo indica que el actual modelo de desarrollo de agrocombustibles incrementará esta cifra y ello supondría la violación sistemática del Derecho a la Vida y el Derecho a la alimentación de cientos de millones de personas porque en la carrera competitiva entre los usuarios de 800 automóviles y más 6.000 millones de personas, la economía de mercado se decide por los primeros.
Según el último informe de la FAO sobre perspectivas mundiales de la alimentación: "la utilización tradicional de las tierras para producción de alimentos y fibra puede salir perdiendo en esta competición, sencillamente porque el mercado potencial de la energía es inmenso comparado con el de los alimentos". El modelo agroindustrial –ligado a los monocultivos intensivos- acelera el Cambio Climático (por el cambio de uso de suelo entre otras) y éste a su vez acelera la pérdida de suelo agrícola y las hambrunas. Podemos afirmar que no frenar esta dinámica supone aumentar deliberadamente el número de hambrientos en el mundo y los conflictos por la tenencia de la tierra lo que sería un crimen de lesa humanidad.
África y Asia son los mayores afectados por el hambre y la miseria en las zonas rurales, y por los efectos crecientes del cambio climático. En la región de Latinoamérica se da un fenómeno similar. La tierra cultivable ya no pertenece a la población rural. Los campesinos han sido desplazados por megaproyectos agroindustriales para la exportación.
El comité científico de la Agencia Europea de Medio Ambiente ha pedido a la UE que suspenda el objetivo de elevar a un 10 por ciento para 2020 la cuota obligatoria de los mal llamados biocombustibles usados en el transporte. Ecologistas en Acción ha alertado, junto con cientos de organizaciones, desde comienzos de 2006, que estos objetivos obligatorios llevarán a competir con la producción de alimentos, y que no se puede garantizar la sostenibilidad de ese tipo de carburantes. Los planes de la UE harían necesario destinar más del 70 de los terrenos cultivables en Europa a la producción de agrocombustibles, y dado que la UE no va a destinar sus propias tierras a cultivos energéticos, se importará la materia prima de los países del Sur para producir agrocombustibles, lo que acelerará la destrucción de las selvas tropicales, como en el caso de Indonesia, Malasia y Brasil, y disminuirá la producción de alimentos, encareciéndolos al mismo tiempo.
Las dudas sobre el uso de los agrocombustibles han llevado a los gobiernos de Reino Unido y Alemania a plantearse incluso a renunciar a la meta fijada a nivel comunitario. Ecologistas en Acción reclama a la nueva titular de Medio Ambiente adoptar la misma cautela que sus socios comunitarios. Para ello, es urgente de declarar una moratoria para todos los proyectos de agrocombustibles, impedir toda importación de materia prima y destinar los cultivos (previstos para fines energéticos) a la población carente de alimentos en vez de convertirlos en combustibles.
Por otra parte denunciamos la hipocresía del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, que en su reunión de Washington se unieron contra los agrocarburantes, a los que acusaron de causar el alza de alimentos básicos como el trigo y el arroz. Sin embargo siguen manteniendo sus programas y políticas neoliberales creadores de pobreza, ya que fueron estas dos instituciones las que durante las últimas décadas impusieron la llamada "revolución verde" para que las grandes empresas transnacionales de agronegocios aumentasen su control sobre la alimentación mundial y la economía agrícola. Por lo tanto las instituciones de Bretton-Woods son responsables directos de la nueva crisis alimentaria por impedir el acceso a la tierra para muchos agricultores y familias sin tierra, fomentando la liberalización y la especulación financiera del comercio agrícola así como la inversión en la agricultura exportadora, que ha desplazado la producción de alimentos para la población más vulnerable.
Asimismo demandamos a Espinosa que cancele los subsidios gubernamentales destinados a las transnacionales agroalimentarias que están eliminando granjas familiares en España, en Europa y en el Sur por medio de prácticas como el dumping. Reclamamos que la soberanía alimentaria sea el principio rector de toda política agrícola y comercial.
Un año más el 17 de abril se conmemora el DÍA INTERNACIONAL DE LA LUCHA CAMPESINA. Poner en tela de juicio el papel que desempeñan los agronegocios de las transnacionales y su relación con la actual crisis alimentaria global, es el objetivo de ésta convocatoria para este año.