Las asociaciones detallan que la decisión de la empresa estadounidense de no seguir ampliando el mercado de vegetales genéticamente modificados en la Unión Europea se suma a la ya tomada por la alemana BASF a principio de año. La multinacional ha declarado que el cambio de estrategia se debe a la falta de perspectivas comerciales de este tipo de productos en la región.
"El rechazo continuado de agricultores, consumidores y gobiernos va a forzar a que Monsanto retire también su maíz transgénico MON810, el último cultivo transgénico que queda en Europa", ha afirmado el responsable de la campaña de agricultura y transgénicos de Greenpeace España, Luís Ferreirim.
Según el propio Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), en España, se cultivan más de 116.000 hectáreas de este cereal, el 90% del que se produce en toda Europa. La autorización comunitaria para ello está a punto de finalizar, después de un periodo de 10 años, tras el cual hay que reevaluar la seguridad del cultivo.