La Ministra de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa ha destacado, en el acto de clausura de la Asamblea General Ordinaria de la Confederación de Cooperativas Agrarias de España (CCAE), que las empresas cooperativas agrarias son elementos de cohesión social y territorial y en muchas ocasiones el principal motor económico y social de las zonas rurales.
Elena Espinosa además, ha subrayado el impulso que desde el gobierno se ha dado al Plan Estratégico del Cooperativismo Agroalimentario Español (PECAE), aprobado por las cooperativas agrarias, que ha permitido la celebración de un nuevo Convenio Marco en diciembre de 2007 y, posteriormente, en enero de 2008, la firma de cinco convenios específicos de colaboración que lo desarrollan, cuyo objetivo es mejorar la competitividad y la modernización de las cooperativas.
En relación con la labor de las cooperativas, la Ministra ha indicado que están presentes en todas las ramas de la economía y en todos los territorios, basando su funcionamiento en los principios de solidaridad y participación de sus miembros. En este sentido, se pueden considerar agentes de desarrollo, puesto que crean empleo, fijan a la población en su territorio, provocan un crecimiento empresarial, generan riqueza y mejoran el bienestar social de los ciudadanos.
Asimismo, Elena Espinosa ha señalado que en la actualidad, hay alrededor de 4.000 entidades que suponen una parte muy importante de la actividad económica del sector agroalimentario español, con una facturación que supera los 16.000 millones de euros. De esta actividad se benefician más de un millón de socios proporcionando empleo a unas 100.000 personas.
Desde su Departamento, ha subrayado Elena Espinosa se tiene la voluntad de liderar una estrategia global de desarrollo y conservación, en el que la agricultura, la pesca y la alimentación deben configurarse en un nuevo marco de gestión integral del territorio.
En este sentido, ha añadido, se deben desarrollar unas políticas coherentes en la búsqueda de soluciones para la estabilidad, el desarrollo y la competitividad de los distintos sectores productivos agroganaderos y de la industria agroalimentaria, en las que las cooperativas han de enfrentarse a un mercado globalizado, con precios muy competitivos, que exigen un mayor esfuerzo por parte de los productores y de la industria alimentaria, y que precisan de una mayor inversión en (I+D+i) y en formación.
Elena Espinosa también ha añadido que en el ámbito de la Unión Europea se están llevando a cabo políticas de desarrollo regional, destinadas a potenciar el crecimiento de las áreas rurales y en especial de las más desfavorecidas. Políticas que convierten a las cooperativas en instrumentos de progreso que deben cumplir con criterios empresariales de rentabilidad y competitividad, pero sin renunciar a los valores, principios y fundamentos propios del cooperativismo.
Por último, Elena Espinosa se ha referido a la Ley para el Desarrollo Sostenible del Medio Rural, aprobada al final de la pasada legislatura, cuyo primer Programa de Desarrollo Rural Sostenible va a ser elaborado con estricto respeto al reparto competencial constitucional entre el Estado, las Comunidades Autónomas, y los entes locales, al tiempo que precisa de la máxima colaboración y cooperación de los agentes sociales y entidades del medio rural, entre las que las cooperativas agrarias tienen un papel destacado.