ABSTRESS ("Mejora de la resistencia de los cultivos de legumbres al estrés biótico y abiótico combinado") estará financiado con cerca de 3 millones de euros proporcionados en virtud del tema "Alimentos, agricultura y pesca, y biotecnología" del Séptimo Programa Marco (7PM) de la UE. En él se reúnen investigadores de trece institutos de la República Checa, Alemania, España, Francia, Italia, Hungría y Reino Unido.
Su objetivo es cambiar drásticamente la manera en la que se producen nuevas variedades de plantas. Para lograrlo utilizarán técnicas moleculares e informáticas con las que identificar los procesos por los que la sequía y las enfermedades se combinan para dificultar el buen término de los cultivos. En el proyecto además se identificarán genes nuevos y rutas bioquímicas que mejoren la resistencia vegetal a estos dos factores.
Los investigadores utilizarán como modelo para sus indagaciones una planta semejante al trébol. Cientos de estas plantas se someterán en condiciones de laboratorio a sequías e infecciones de un tipo de hongo denominado Fusarium. Éste se eligió como ejemplo de estrés por enfermedad debido a que la infección que provoca afecta a la manera en la que las plantas son capaces de hacer circular el agua y por tanto supone un revés aún mayor en épocas de sequía. Se espera que la frecuencia de esta enfermedad fúngica devastadora desde el punto de vista económico aumente con el cambio climático.
Después de someter a las plantas a estas condiciones, el equipo empleará tecnología de obtención de imágenes de alto rendimiento y última generación para estudiar la evolución de las plantas sin que medie intervención alguna. La información que se obtenga del estudio de este organismo modelo se aplicará a continuación a la creación de variedades nuevas de guisante.
Éstas se compararán con otros cultivos comerciales para determinar cuáles sobrellevan mejor un ataque combinado de sequía y de Fusarium. Las plantas con las que se obtengan mejores resultados se cultivarán en plantaciones de toda Europa para su estudio.
El Dr. Adrian Charlton, director del proyecto y perteneciente a Fera ("Agencia Científica de Alimentación y Medio Ambiente", Reino Unido), comentó: "Este proyecto reúne a los más cualificados en biología molecular y bioquímica de los vegetales de Europa y dará lugar a mejoras pioneras en las técnicas fitogenéticas agrícolas. Los científicos de Fera estudiarán los perfiles bioquímicos de las plantas que den mejor resultado e identificarán los genes responsables mediante técnicas de computación avanzadas".
Las plantas de guisante han sido elegidas para los estudios prácticos iniciales debido a que su caracterización genética es bastante completa. Los guisantes, al igual que otras legumbres, son una fuente de proteína básica en la dieta de humanos y animales. Además están en condiciones de sustituir a la soja importada, que en la actualidad aporta el 75% de la proteína que contienen los piensos usados en Europa. El cultivo de legumbres posee una huella de carbono baja en comparación con otros tipos de cultivos y además son plantas que permiten que el suelo recupere un nivel adecuado de nitrógeno para provecho del siguiente cultivo en rotación. Las leguminosas no precisan fertilizantes, una fuente importante de gases de efecto invernadero y un gasto energético considerable para las industrias agrarias, y además reducen la necesidad de emplearlos en los siguientes cultivos que se planten sobre el mismo terreno.
En definitiva, el equipo confía al mismo tiempo en mejorar la seguridad alimentaria y mitigar los efectos del cambio climático mediante el aumento de los cultivos de leguminosas resistentes a la sequía y las enfermedades.