La iniciativa, que reúne una alianza global de agencias de desarrollo, gobiernos y universidades, ayudará a los países de bajos ingresos con déficit de alimentos en África, Asia y Latinoamérica a desarrollar políticas sostenibles para mejorar los medios de vida de millones de personas pobres.
La Unión Europea (UE) financia con un millón de euros el proyecto de tres años, gestionado por la FAO en colaboración con una alianza internacional de veinte agencias de desarrollo, gobiernos y universidades.
Función primordial
El pescado es la principal fuente de proteínas para el 17% de la población mundial, y cerca del 25% en los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos. El pescado es una buena fuente de ácidos grasos omega-3. Los ácidos grasos omega-3 son beneficiosos para el desarrollo del corazón y del cerebro de las personas sanas y de aquellas con alto riesgo de padecer- o que padecen- una enfermedad cardiovascular. Casi el 50 por ciento del pescado que comemos hoy en día procede de la acuicultura.
Aunque se considera que la acuicultura jugará un papel fundamental en la lucha contra el hambre, se sabe poco sobre su impacto exacto sobre la seguridad alimentaria y nutricional y la reducción de la pobreza en los países en desarrollo.
Teniendo en cuenta las proyecciones de crecimiento de la población y la creciente demanda de productos pesqueros con una producción estable, la acuicultura tendrá que expandirse para satisfacer la demanda futura de pescado.
Impacto en la seguridad alimentaria
La nueva asociación representa a las regiones del mundo donde la acuicultura juega un papel importante y sostiene los medios de vida de millones de acuicultores a pequeña escala. También incluye las principales instituciones con gran experiencia en investigación, ejecución de proyectos de desarrollo y difusión.
El proyecto ("Acuicultura para la seguridad alimentaria, reducción de la pobreza y nutrición – AFSPAN, por sus siglas en inglés") desarrollará nuevas formas de cuantificar la contribución de la acuicultura con mejores herramientas y evaluaciones más sistemáticas y cuantitativas. Además, elaborará estrategias para mejorar el impacto de la acuicultura en la seguridad alimentaria y nutricional y en la reducción de la pobreza.
"El proyecto trabajará en estrecha colaboración con las comunidades de acuicultores y se centrará en la investigación de campo en muchos de los principales países acuícolas en el mundo en desarrollo. Desarrollará herramientas y metodologías para ayudar a los socios clave a elaborar políticas orientadas a mejorar la contribución de la acuicultura a la seguridad alimentaria y nutricional ", aseguró Rohana Subasinghe, experta de la FAO en acuicultura y coordinadora del proyecto.