La contaminación con las mismas dioxinas tóxicas de varias cabezas de ganado vacuno en Irlanda, ha forzado a paralizar la industria porcina de la República y desatado una alerta alimentaria. La noticia ha sido confirmada por el ministro de Agricultura irlandés, Brendan Smith, si bien insistió en que la carne de ternera y sus derivados no son peligrosos para la salud pública. Los niveles de dioxinas detectados en estos animales duplican o triplican el límite legal, mientras que en el caso de los cerdos los supera entre 80 y 200 veces.
47 granjas aisladas
Existen 47 granjas aisladas cuyos animales fueron alimentados con pienso de la empresa irlandesa Millstream Power Recycling, que está siendo investigada. Los expertos sospechan que el aceite industrial utilizado en la maquinaria que seca el pienso puede ser el origen de la contaminación. En tres de las 11 instalaciones de vacuno analizadas se han hallado animales contaminados, aunque el ministro descartó que haya riesgo, «porque ello precisaría una exposición a largo plazo, y en este caso fue corto».
Los ganaderos locales temen una alarma generalizada entre los consumidores de ternera irlandesa, con renombre por su destacada calidad. Por el momento, el Gobierno no ha decidido si retirará del mercado la carne de vacuno como ha hecho con la porcina. Unos 100.000 cerdos van a ser sacrificados, al tiempo que se destruirán productos por valor de 125 millones de euros.
En España no se ha confirmado la entrada de carne contaminada
En España, los portavoces de los ministerios de Agricultura y Sanidad no pudieron confirmar si la carne de vacuno contaminada había entrado, y manifestaron que estaban a la espera de las notificaciones correspondientes de la Comisión Europea.