Se trata de una restricción que requiere el apoyo de los Estados miembros para hacerse efectiva y que, en cualquier caso, no afectaría ni a los cultivos de otoño ni a aquellos que no atraen a las abejas, según ha precisado en rueda de prensa el portavoz comunitario de Salud y Consumo, Frédéric Vincent.
La propuesta se basa en el principio de precaución a partir de un informe de la Agencia europea de seguridad alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés,) que señala tres plaguicidas de la familia de los neonicotinoides comercializados en Europa por Bayer y Syngenta: clotianidina, tiametoxam e imidacloprid.
Los tres se utilizan para tratar las semillas y el grano antes de su siembra, y podrían afectar a las abejas por el rastro que dejan en el polen y el néctar, causándoles parálisis y hasta la muerte. No suponen un riesgo para la salud humana, recalcan desde Bruselas.
Primer paso
Los Estados miembros estudiaron ayer en Bruselas los detalles de la propuesta, en una reunión a nivel de expertos de la que no se esperan decisiones. La medida podría afectar a un tercio de las semillas preparadas en la UE, y España es uno de los principales productores.
El comisario de Salud y Consumo, Tonio Borg, quiere redactar la propuesta formal de reglamento de aquí a marzo, con el objetivo de que su aplicación, si gana el apoyo de los 27, se materialice el 1 de julio.
Aunque los pesticidas sometidos a examen están autorizados en la UE, ya hay varios países que no permiten su uso en determinados cultivos, como es el caso de Alemania, Italia o Francia. Eslovenia, por su parte, cuenta con una prohibición total.
Además de enmendar las condiciones de los permisos de estos pesticidas para restringir su uso a los cultivos que no atraen a las abejas y a los cereales de invierno, también afectaría a la comercialización y uso de semillas tratadas con productos que incluyan estas sustancias activas. Sin embargo, se prevé una excepción para que los Estados miembros puedan decidir autorizar las semillas de maíz tratadas este mismo año.
Bruselas sostiene que se trata de medidas "proporcionadas y equilibradas" y propone revisarlas en un plazo de dos años tras los dos años después de su entrada en vigor.
Greenpeace
Greenpeace se ha mostrado satisfecho en un comunicado la idea de la restricción, aunque ha pedido ir más allá en la prohibición y extenderla a otros plaguicidas.
"El plan de la Comisión es un buen primer paso, pero no ha llegado a recomendar una prohibición más amplia como precaución que cubra el uso de neonicotinoides en los casos en los que EFSA ha señalado una importante ausencia de datos", ha señalado Marco Contiero, responsable de la política agrícola de la UE en Greenpeace.
"La prohibición de algunos pesticidas dañinos solo es una salvaguarda muy limitada", ha advertido otro miembro de Greenpeace experto en agricultura sostenible, Matthias Wüthrich.