En estos últimos días la Comisión Europea ha publicado el informe a medio plazo respecto de la supervisión de la biodiversidad en Europa.
El documento, de 18 páginas, concluye que en los últimos cuatro años, no obstante el compromiso asumido en 2011 por sus Estados miembros, no se han producido mejoras en el estado de la biodiversidad de los hábitats vinculados con la agricultura, y no se han realizado progresos para alcanzar los objetivos fijados para 2020.
En particular, el 77% de los hábitats europeos continúa en una situación negativa, y el 56% de las especies (vegetales y animales) está en peligro.
El reciente informe de la Comisión Europea evidencia que no se hace lo suficiente, y señala a la agricultura intensiva como una de las mayores causas de deterioro de biodiversidad.
El declive de biodiversidad en curso puede conducir a la extinción de una especie de cada 10 antes de finales de este siglo. Según los expertos, hoy estamos atravesando la sexta extinción en masa de la historia, y el hombre con sus actividades es la causa principal.
Piero Sardo, presidente de la Fundación Slow Food para la Biodiversidad, recuerda: «Slow Food trabaja para salvaguardar la biodiversidad agroalimentaria desde hace más de 15 años, y con sus proyectos de los Baluartes y del Arca del Gusto ha logrado resultados concretos en muchos países de todo el mundo, tal y como atestigua la investigación realizada con las Universidades de Turín y de Palermo. Pero se trata de una gota en el mar», añade, «y debemos decir alto y claro que es necesaria una auténtica y total revolución cultural: esta situación desastrosa sólo puede ser revertida cambiando los patrones de consumo de todos nosotros.
A partir de hoy abrimos una nueva etapa para reaccionar ante una situación de extrema emergencia:
Slow Food instituye un Observatorio de la agrobiodiversidad, a través del cual trataremos de informar de manera sencilla y accesible; centraremos los focos sobre situaciones problemáticas; indicaremos los posibles remedios y resaltaremos aquellos resultados positivos obtenidos ya, de forma que esas experiencias puedan ser repetibles y adaptadas a las diferentes situaciones locales.
La elección de campo entre dos modelos productivos ha de quedar clara: la producción agroalimentaria intensiva es la causa principal de pérdida de biodiversidad. El modelo de agricultura multifuncional, polivalente y de pequeña escala está, por el contrario, en condiciones de mantener en el tiempo calidad y reproductibilidad de los recursos naturales, de preservar la biodiversidad y de garantizar la integridad de los ecosistemas».
La página web del Observatorio de la Biodiversidad de Slow Food se puede ver aquí.