Esto es lo que comenta Urs Niggli, director del Instituto de Investigación en Agricultura Ecológica (FiBL), el más importante de Europa, situado en Suiza. Según este Instituto las evaluaciones del ciclo de vida han demostrado que la agricultura ecológica tiene ventajas en comparación con la agricultura convencional, en lo referido a la producción dela misma cantidad de alimentos con menos energía, agua y producción de gases de efecto invernadero. Sin embargo, tiene un punto débil: utiliza más tierra.
Así, el desafío es encontrar la manera de producir más alimentos ecológicos en cada hectárea de tierra, sin que por ello se pierdan las ventajas medioambientales. Niggli dice que los estudios que datan de la década de 1970 sugieren que existe potencial para reducir las emisiones mediante reducción del laboreo y otros métodos de agricultura ecológica.
Las pruebas ecológicas ponen en práctica técnicas como el uso de estiércol como abono y la rotación de cultivos, con una gran proporción de nitrógeno atrapado por las leguminosas. Niggli dice que los científicos y los veterinarios también están buscando maneras de tratar la mastitis, enfermedad que representa una de las principales causas de baja productividad en las granjas lecheras ecológicas, que no impliquen tratar a los animales con antibióticos.
Un estudio en el que participaron 120 agricultores resultó en que la mitad de ellos podría reducir el tratamiento químico de las vacas a casi nada, sin perder la productividad o la calidad de la leche, sólo procurando que sus vacas estén sanas, tengan mejor alimentación, mejores establos, mejores técnicas de ordeño y un asesoramiento veterinario más completo.