En las últimas décadas, el consumo de productos frescos en España ha experimentado variaciones significativas. Según el VI Observatorio de Productos Frescos de Aldi, en 2023, los productos frescos representaron el 43% del gasto anual en alimentación de las familias españolas. Específicamente, las frutas y verduras ocuparon el 63% de la presencia en la cesta de la compra, con un gasto promedio de 726 euros anuales por hogar.
Aunque no se disponen de datos específicos de décadas anteriores en las fuentes consultadas, se puede inferir que ha habido cambios en los patrones de consumo debido a factores como la urbanización, cambios en el estilo de vida y la disponibilidad de alimentos procesados. Estos factores han influido en la disminución del consumo de productos frescos y en el aumento de alimentos ultraprocesados en la dieta de los españoles.
En las últimas décadas, el consumo de productos frescos en España ha experimentado un notable descenso, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). En 2023, el consumo per cápita de frutas frescas fue de 78,5 kg por persona, lo que representa una disminución del 2,7% respecto al año anterior y del 13,6% en los últimos cinco años. Por su parte, las hortalizas frescas registraron un consumo de 48,9 kg por persona, con una caída del 2,6% interanual y del 14,1% en el último lustro.
A mayor período, mayor descenso
Este descenso es aún más pronunciado si se analizan períodos más amplios. Desde 2008, la compra de frutas frescas ha disminuido un 19,6%. Los segmentos más afectados son los cítricos y las frutas de pepita, con reducciones superiores al 33%. En contraste, las frutas exóticas han aumentado su presencia en los hogares españoles en un 17,8% durante el mismo período.
En el ámbito de las hortalizas, productos como las judías verdes y las lechugas/escarolas/endivias han experimentado caídas significativas en su consumo desde 2008, con descensos del 48,7% y 33,2% respectivamente. El tomate también ha sufrido una reducción del 19,3% en el volumen de compras.
Este declive en el consumo de productos frescos contrasta con el consenso existente sobre sus beneficios para la salud, lo que subraya la necesidad de analizar y abordar esta tendencia desde múltiples perspectivas.
Además, el consumo fuera del hogar de frutas y hortalizas frescas se situó en 13 kg por persona en 2022, con 12,5 kg correspondientes a hortalizas y 0,5 kg a frutas. Aunque el consumo de hortalizas fuera del hogar aumentó un 3,5% en 2022 respecto a 2021, el de frutas se mantuvo estable.
Estos datos reflejan un cambio en los hábitos alimentarios de la población española, evidenciando una tendencia hacia la reducción en el consumo de productos frescos tanto en el hogar como fuera de él.
Los agricultores y ganaderos, una profesión en peligro de extinción
El sector primario en España atraviesa una crisis sin precedentes. La organización SOS Rural ha denunciado en el Congreso de los Diputados la falta de políticas efectivas para proteger a los agricultores y ganaderos, señalando que están en riesgo de desaparición.
Un debate clave sobre el futuro del sector primario
Pedro Fernández, director técnico de SOS Rural, participó en la mesa redonda “Pacto Verde, PAC, Mercosur/acuerdos de libre comercio, relevo generacional”, enmarcada en el evento “Agricultura, ganadería y pesca, un reto para la soberanía alimentaria de España y la autonomía europea”. Durante su intervención, Fernández lanzó un mensaje contundente:
“Los agricultores y los ganaderos son profesionales en peligro de extinción. ¿Cómo es posible que sepamos articular medidas para salvar una especie en riesgo y no hagamos nada para salvar a quienes nos alimentan?”
La intervención de Fernández puso de manifiesto la desconexión entre la administración y la realidad del campo, señalando que las decisiones políticas se toman sin conocimiento directo del sector.
Falta de apoyo institucional y desánimo en el campo
Según SOS Rural, las políticas actuales han generado un profundo desánimo en el sector primario.
“Las Administraciones Públicas se han alineado en contra de su propio sector productivo. Han conseguido algo intangible, pero gravísimo: la pérdida de ilusión de los agricultores y ganaderos”, declaró Fernández.
Además, alertó sobre los acuerdos comerciales internacionales que comprometen la seguridad alimentaria europea al permitir la importación de productos que no cumplen con los mismos estándares de calidad y control que los nacionales. En 2024, se registraron casi 5.000 alertas sanitarias en la UE, muchas de ellas por contaminación microbiológica.
Consumo de productos frescos en declive
Otro de los puntos clave de la intervención fue la alarmante caída en el consumo de productos frescos en España. A pesar de ser el primer país productor de la UE y el séptimo del mundo, los españoles no alcanzan los niveles de consumo mínimo de frutas y verduras recomendados por la OMS.
“Mientras el 20% de la población española se alimenta de ultraprocesados, no hay políticas públicas que fomenten el consumo de productos frescos”, advirtió Fernández.
Un llamado a la unidad del sector
Pedro Fernández insistió en que el sector productivo y el legislativo deben alinearse para evitar la desaparición de la agricultura y la ganadería en España. SOS Rural se posiciona como un movimiento independiente, que trabaja junto a las organizaciones agrarias tradicionales, pero con una visión diferente y sin depender de financiación pública.
“No estamos enfrentados con la ciudad, pero sin un mundo rural fuerte, no hay futuro”, concluyó.
El desafío ahora es si los responsables políticos tomarán medidas para evitar que el campo siga siendo el eslabón débil de la política española y europea.
Fuente revistaaral.com, Fepex
