La labor del suelo como el importante filtro y como amortiguador de contaminantes no se ha reconocido hasta hace poco, a pesar de que esta función permite nada menos que disponer de agua potable y limpia. Además ejerce como un núcleo de biodiversidad y sumidero de dióxido de carbono de la atmósfera.
Por desgracia, también penden sobre él graves amenazas, razón que ha impulsado el tema hasta lo más alto de la agenda política europea en materia de medio ambiente. Las amenazas más notables capaces de degradar el suelo y contaminarlo son las que proceden de prácticas agrícolas o silvícolas inadecuadas, el desarrollo urbano o industrial, el turismo, el cambio climático y las catástrofes naturales como por ejemplo inundaciones o desprendimientos.
Para combatirlas se presentó en julio de 2013 el proyecto LIFE REGEN FARMING. Esta iniciativa recibirá 669.110 euros de financiación europea para probar posibles buenas prácticas en el ámbito de la gestión de pastos bajo distintas condiciones climáticas y agrícolas. Además permitirá ensayar prácticas de regeneración destinadas a conservar el suelo, como por ejemplo prácticas agrícolas que no precisan arar en demasía y cultivos perennes, la utilización de fertilizantes orgánicos, la siembra directa y el pastoreo dirigido de los rebaños.
Los responsables del proyecto generarán, tras esta fase experimental, herramientas de diagnóstico sencillas, rápidas y baratas y metodologías de vigilancia para evaluar la salud del suelo. Las labores de vigilancia servirán para evaluar el impacto medioambiental y socioeconómico de las prácticas regenerativas en entornos agropecuarios. De este modo, los responsables del proyecto confían en contribuir en gran medida al logro de los objetivos de la Estrategia Temática para la Protección del Suelo de la UE y la estrategia de biodiversidad de la UE hasta 2020.
Para ello se han establecido objetivos concretos. Por ejemplo, se espera aumentar en al menos un cinco por ciento las especies herbáceas perennes y la diversidad de las herbáceas y, en un diez por ciento, la producción de biomasa. Además se espera mejorar en un diez por ciento la fertilidad del suelo medida en función de su capacidad para absorber agua, nitrógeno, potasio, fósforo y molibdeno. Otro aumento del diez por ciento se anticipa en la fijación de carbono por parte de las herbáceas así como una reducción del empleo de fertilizantes.
El proyecto proporcionará formación de calidad a agricultores y técnicos dedicados a prácticas regenerativas y a la agricultura sostenible.
Los ensayos se ejecutarán en España, concretamente en pastizales ubicados en Arkaute, en la región de Roncesvalles (Navarra), y en praderas destinadas a la producción ecológica de pasto para la oveja latxa, así como en Orduña, en pastos de ganado vacuno de leche y carne. El objetivo es ensayar estas prácticas regenerativas en condiciones agroclimáticas diferentes con el fin de conocer el resultado de las nuevas prácticas al ser aplicadas en suelos de características distintas.
La investigación, que finalizará en junio de 2016, tiene como destinatarios principales a ganaderos, agricultores, técnicos del sector primario, escuelas agrarias y de pastoreo, así como administraciones locales.