Los resultados del trabajo realizado por el grupo ABIO-UPM de la ETS Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid demuestran que el consumo de agua potable en usos que no lo requieren representa más del 30% del volumen total utilizado en usos domésticos por un ciudadano medio.
Mediante la aplicación de la propuesta planteada es posible alcanzar ahorros de hasta el 59% respecto al modelo actual.
El crecimiento demográfico del medio urbano en las últimas décadas, asociado a los nuevos modelos de comportamiento social frente al agua, ha favorecido un considerable aumento de su consumo de este recurso. A su vez, el desequilibrado planeamiento urbano de las grandes áreas metropolitanas ha formado interesantes espacios de exploración donde aplicar nuevas estrategias de mejora de la gestión hídrica. En relación con todo esto, se han investigado alternativas de diseño a diferentes escalas que permitan tanto la redefinición de hábitos del usuario y de nuevas arquitecturas, como la integración de modelos de planeamiento para un aprovechamiento óptimo del agua, bajo la premisa de que cada actuación repercutirá directamente en los resultados del resto y, por lo tanto, del conjunto.
En el marco del proyecto INVISO (Industrialización en Vivienda Sostenible) se ha definido un catálogo de 166 estrategias de gestión hídrica, procedentes de diferentes especialidades, y que han sido baremadas de forma ponderada a través de indicadores de sostenibilidad, innovación y funcionalidad. Con el objetivo de definir aquellos ámbitos de actuación con mayor potencial de adaptación al contexto de la vivienda, la evaluación ha mostrado que los tratamientos de aguas grises poseen un gran potencial de innovación y que su implementación permitiría importantes ahorros de consumo de agua potable respecto a otros sistemas, a la vez que la mejora de su diseño puede favorecer una mejor integración arquitectónica.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística, el consumo de agua doméstica potable se sitúa en 167 litros diarios por ciudadano, lo que hace necesario redefinir aquellos usos en los que sería posible la reutilización de aguas grises sin poner en riesgo los niveles de salubridad en vivienda.
La incorporación de redes separativas de captación de aguas provenientes de duchas, bidés y lavabos, y tratadas para su descarga en inodoros, baldeo de calles y/o riego controlado de áreas verdes, se estima que podría conseguir ahorros de hasta un 59%, respecto al consumo actual de agua potable.
Sistemas de tratamientos a menor escala
A escala urbana, las amplias superficies de cubierta plana existentes se plantean como interesantes espacios de oportunidad para la incorporación de estaciones colectivas controladas de fitodepuración a escala de distrito, asegurando no sólo un mayor control de calidad de los tratamientos, sino también establecer mayores distancias de seguridad respecto a los usuarios.
A su vez, el diseño de canales industrializados y modulares, en los que se optimicen las circulaciones del agua y aumente su contacto con las raíces de las plantaciones, permite disminuir considerablemente las superficies requeridas y favorecer su aplicación en nuevas actuaciones de rehabilitación urbana, fomentando la naturalización de amplias áreas actualmente infrautilizadas e incorporando los efectos positivos del comportamiento higrotérmico de las cubiertas aljibe.
De igual modo, la incorporación de sistemas de tratamiento a menor escala, con aguas de menor carga contaminante, permitirá diferenciar y reducir considerablemente el volumen a tratar en las grandes estaciones depuradoras de aguas residuales, disminuyendo así sus problemas de sobredimensionamiento y saturación.
En la actualidad, el grupo ABIO-UPM está llevando a cabo trabajos relacionados con nuevas líneas de investigación que se centran en la búsqueda de modelos que combatan la impermeabilidad del medio urbano, reduzcan consumos y contribuyan al mantenimiento de los ciclos naturales del agua.