¿Cuál es el efecto de los plaguicidas, metales pesados y de nuevos contaminantes en los ecosistemas acuáticos?, ¿Cómo estos afectan a la agricultura, la agroindustria y a la salud del consumidor nacional?.
Estas son algunas de las interrogantes que un grupo de investigadores nacionales intentan responder, mediante el desarrollo de un proyecto de investigación que se está ejecutando de manera simultánea en más de 10 países de América Latina y el Caribe.
En Chile los estudios se están realizando en las cuencas de los ríos Tijeral y Traiguén, en la Región de la Araucanía, ambas zonas de importancia agrícola, frutícola, ganadera y forestal.
Estas zonas son conocidas por su producción de manzanos, arándanos, berries y cultivo de cereal, entre otros productos.
Los trabajos de terreno y laboratorio cuentan con la participación de investigadores del Servicio Agrícola y Ganadero, la Universidad Mayor, la Universidad Austral, la Universidad Católica de Temuco y la Comisión Chilena de Energía Nuclear, cuyas entidades están aportando mediante la aplicación de diversas técnicas y metodologías nucleares, bioanalíticas y convencionales.
Los resultados de este trabajo a nivel país serán de beneficio e interés para los tomadores de decisiones, tanto del sector público como privado, pues aportará nuevos y relevantes datos y conocimientos en relación a los procesos que afectan a la calidad de los recursos hídricos, introduciendo sistemas de alerta temprana para la adecuada gestión de este recurso.
Es conocido el hecho de que uno de los principales problemas que enfrenta la humanidad para lograr su desarrollo es la disponibilidad de agua. Latinoamérica representa un tercio de los recursos hídricos renovables del mundo, suficiente para satisfacer la demanda de su población, no solo para el consumo humano, sino además para el uso en la industria y las actividades agrícolas. Sin embargo, el uso y la distribución de este recurso no es uniforme y se ha visto afectada por la presencia de diversos contaminantes, lo que va de la mano con el desarrollo agroindustrial y agropecuario de la Región.
Chile no ha estado ajeno a esta realidad y ha conocido de los indeseados problemas que genera la contaminación de sus cursos de agua continentales, tanto a nivel de ríos, como de lagos.
De especial interés son los nuevos contaminantes o también conocidos como “contaminantes emergentes”, que a menudo provienen de aguas residuales o derivan directamente de las actividades agrícolas y agroindustriales.
La presencia de contaminantes emergentes no es nuevo en el medio ambiente, pero sus efectos sobre el medio acuático y la salud pública a nivel nacional no se conocen por completo. La lista de nuevos contaminantes incluye sustancia y químicos presentes en productos de cuidado personal, productos farmacéuticos, medicamentos, productos domésticos e industriales, entre otros.
Por su parte, el coordinador del proyecto en nuestro país, MSc. Rodrigo Palma, del Servicio Agrícola Ganadero, SAG, ha señalado que: “Para Chile este proyecto se transforma en algo especial ya que como país estamos tratando de avanzar en un concepto de producción de productos primarios y de exportación.
La calidad y la inocuidad de nuestras aguas y de nuestros productos es hoy día un trabajo que a todos nos compete desarrollar. Por otra parte, el proyecto nos está entregando la posibilidad de discutir, generar redes y aprender modelos que se están generando, sistemáticamente, en toda Latinoamérica y la Región del Caribe”.
El proyecto regional es financiado y es parte de la amplia lista de proyectos del Programa ARCAL (Acuerdo regional de cooperación para la promoción de la ciencia y tecnología nucleares en américa latina y el caribe), programa del Organismo Internacional de Energía Atómica, OIEA, que promueve la cooperación horizontal, técnica y económica con el fin de promover el uso de las diversas técnicas nucleares y sus aplicaciones con fines pacíficos.