Demuestra el enorme esfuerzo que ha hecho este Gobierno para ponerse al día en materia de planificación hidrológica y recuperar el retraso acumulado en las dos legislaturas anteriores
Recientemente, además, la Comisión Europea archivó el expediente abierto a España por incumplir la Directiva Marco del Agua al no haber aprobado durante 2009 el primer ciclo de planificación hidrológica
El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente también está culminando en plazo la obligación de comunicación a la Comisión Europea del contenido detallado de los planes hidrológicos, tal como establece la Directiva Marco del Agua
España es uno de los doce países de la Unión Europea que ha aprobado ya los planes hidrológicos del segundo ciclo de competencia estatal, tal y como ha puesto de manifiesto la Comisión Europea, que resalta que por el momento han cumplido este requisito únicamente doce de los 28 Estados miembros de la Unión Europea, entre ellos nuestro país
Formar parte de estos doce países demuestra el enorme esfuerzo que ha hecho este Gobierno para ponerse al día en materia de planificación hidrológica y recuperar el retraso acumulado. No en vano, al inicio de legislatura estaba todavía pendiente la aprobación del primer ciclo de planificación hidrológica, a pesar de que debería haber estado aprobado al acabar 2009. Es decir, este Gobierno ha aprobado en los últimos cuatro años dos ciclos enteros de planificación (2009-2015 y 2016-2021), pasando de estar a la cola de los países de la UE a situarnos a la cabeza de los Estados cumplidores.
A fecha de hoy en España están aprobados todos los planes hidrológicos correspondientes al segundo ciclo de planificación (2016-2021) competencia del Estado (Cantábrico Occidental, Cantábrico Oriental, Miño-Sil, Duero, Tajo, Guadiana, Guadalquivir, Segura, Júcar, Ebro, Ceuta y Melilla), mediante Real Decreto del pasado 8 de enero. Únicamente falta aprobar los planes hidrológicos de las Islas Canarias y del distrito fluvial de Cataluña, en los que las competencias son de las Comunidades Autónomas, que se espera aceleren su tramitación para dar cumplimiento a la normativa.
Los planes de cuenca son el instrumento más importante de gestión del agua, ya que permite conocer las necesidades en materia de agua y los recursos disponibles. Sin planificación hidrológica no es posible hacer política del agua, especialmente en un país como España, en el que el agua es un recurso natural que requiere la máxima atención, y la aprobación de los planes hidrológicos permite a nuestro país volver a ser, en esta materia, un país cumplidor con la UE.
RECIENTE ARCHIVO DEL EXPEDIENTE ABIERTO POR LA CE
Recientemente, además, la Comisión Europea archivó el expediente abierto a España por incumplir la Directiva Marco del Agua al no haber aprobado durante 2009 el primer ciclo de planificación hidrológica, cumpliendo así el compromiso de acompasar el ritmo de planificación hidrológica al del resto de Europa y superando los grandes retrasos anteriores existentes.
El procedimiento de infracción, que se inició en 2010, recibió sentencia condenatoria del Tribunal de Justicia de la Unión Europea en octubre de 2012, tras comprobar que, en el plazo establecido, el anterior Gobierno no había aprobado ningún plan hidrológico.
INFORMACIÓN A LA COMISIÓN EUROPEA
Además, el Gobierno está culminando en plazo la obligación de comunicar a la Comisión Europea el contenido detallado de los planes hidrológicos, tal y como recoge el artículo 15 de la Directiva Marco del Agua
La remisión en plazo de esta información significa, por un lado, que la Comisión Europea tendrá en cuenta las peculiaridades que aportan los datos españoles a la hora de afrontar su análisis y orientación de sus políticas europeas de agua y, por otro, que la Comisión podrá analizar con suficientes elementos de juicio el grado de adecuación de nuestros planes a los requisitos comunitarios.
Supone, por lo tanto, un beneficio mutuo tanto para España como para la Unión Europea. Para nuestro país, estar cumpliendo en plazo con sus obligaciones supone volver a situarse como un interlocutor responsable y constructivo que se encuentra en posición de colaborar activamente y de influir en las políticas europeas del agua, mientras que la Comisión Europea podrá contar con un país que le dé a conocer de primera mano las singularidades de los países mediterráneos a la hora de diseñar esa futura política del agua.