Ciudad del Cabo podría ganar ahora una fama infeliz: ser la primera gran ciudad del mundo en quedarse sin agua. Solo tres meses de plazo tiene esta metrópoli para quedarse sin agua, según los últimos estimados hechos públicos por la alcaldesa Patricia de Lille esta semana en un comunicado en el que dio detalle sobre los niveles de las represas y los proyectos para paliar esta situación.
Esta crítica situación ha sido causada a raíz de tres años de precipitaciones bajísimas, sumadas al incremento de consumo de una población creciente. De llegar a producirse el desabastecimiento, los grifos ya no distribuirán el agua, y los habitantes de aquella región deberán acudir a puntos de repartición para colectar el líquido, según recoge Daniel Meza en N+1, ciencia que suma.
El gobierno local intenta abordar la situación con plantas de desalinización para hacer el agua del mar bebible, proyectos de extracción de agua subterránea y programas de reciclaje de la misma. En tanto, los casi 4 millones son urgidos a conservar el agua y usar no más de 87 litros al día.
Los negocios de aseo de autos y mantenimiento y rellenado de piscinas han sido prohibidos. Y hasta el equipo indio de cricket ha sido llamado a limitar su utilización de las duchas a dos minutos. Quienes superen el límite establecido recibirán una multa de entre 400 y 800 dólares. Igualmente, los negocios deberán reducir sus consumos en un 45% a 60%.
Las razones detrás de esta sequía
De acuerdo a Kevin Winter, profesor de la facultad de Ciencias Ambientales y Geográficas de Universidad de Ciudad del Cabo, las razones están detrás del crecimiento demográfico: desde 1995, la población creció un 79%, desde 2.4 millones a 4.3 millones en el 2018. En el mismo período, la capacidad de las represas se incrementó solo un 15%. La represa del río Berg, que empezó a almacenar agua en el 2007 fue la única adición de infraestructura de este tipo desde 1995. La crisis hubiera empezado mucho antes si no hubiese sido por un manejo, después de todo, efectivo de las autoridades del consumo de agua.
Winter también observa que un factor importante es el aumento sin precedentes del dióxido de carbono en nuestra atmósfera, generando cambios en el sistema global debido al aumento de temperatura, incrementando la intensidad y duración de los periodos de sequía. Sugiere que el fenómeno no es temporal ni se resolverá en un año o dos. «Se trata de un problema de largo plazo, y necesitaremos ayuda importante del gobierno para hacer el suministro de Ciudad del Cabo sostenible».