Los residuos biológicos se producen de la recogida selectiva de basura doméstica orgánica, que en ocasiones se encuentran veces mezclados con residuos de jardinería
Durante el proceso de descomposición de estos residuos, se generan diferentes gases que contribuyen al incremento del efecto invernadero como el metano, el nitrógeno o el amonio. De todos ellos, el metano es el que se genera en mayor cantidad y, además, presenta un potencial de efecto invernadero muy superior al del dióxido de carbono.
La Agencia Ambiental Alemana ha elaborado un estudio en el se afirma que en Alemania se generan actualmente más de ocho toneladas de residuos orgánicos, los cuales son tratados en cerca de 1000 plantas de tratamiento. Hasta este momento, el único método para controlar las emisiones generadas en las plantas de tratamiento ha sido su encapsulamiento y posterior tratamiento en sistemas sellados.
Sistema cubierto GORETM en California
Sistema cubierto GORETM es el nombre del nuevo sistema que hará posible contener efectivamente los residuos biológicos. De esta manera podrá llevarse a cabo una descomposición bacteriana que transforme estos residuos en fertilizantes.
Los primeros ensayos experimentales han demostrado que la eficacia en la retención de olores desagradables será del 96%. El proceso biológico interno, tiene lugar a más de 65 grados centígrados. De esta manera se garantiza la eliminación de gérmenes y otros patógenos. El fertilizante obtenido por descomposición bacteriana tras ocho semanas puede comercializarse.
La ciudad de Los Ángeles ha sido pionera en establecer la mayor planta de tratamiento residual, hasta el momento, para aplicar esta tecnología. La planta procesará un millón de toneladas de residuos biológicos.