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Se cumplen seis años desde que WWF denunció la ‘sopa verde’ en la que se había convertido el Mar Menor en el año 2016. Seis años en los que el Gobierno de la Región de Murcia no ha tomado acciones eficaces para evitar su continuo deterioro.

A pesar de que las imágenes grabadas en este sexto aniversario de la “sopa verde” en la zona norte, por submarinistas de ANSE y WWF, muestran mayor transparencia que en el catastrófico episodio del 2016 y el desarrollo masivo del fitoplancton aún no se extiende por sus aguas, parte de sus orillas sufren un crecimiento continuo de macroalgas. Los servicios de limpieza manuales son incapaces de retirarlos y esto produce acumulaciones puntuales y enfangamientos.

El ecosistema del Mar Menor respondió a los contaminantes de una forma diferente

El ecosistema del Mar Menor ha respondido este año a los contaminantes de una forma diferente. Sin embargo, su situación sigue siendo muy frágil. Los sucesos de estas últimas semanas, con la aparición de grandes cantidades de macroalgas y un episodio de mortalidad de cientos de peces en el litoral del término municipal de San Javier, han sido un nuevo aviso y han encendido todas las alarmas en un ecosistema que sigue dando señales de un colapso ecológico.  

En 2016, la abundante proliferación de microalgas que convirtieron al Mar Menor en una enorme «sopa de color verde» provocada por un exceso de nutrientes que acabó colapsando el ecosistema. Esta fue la primera vez que se visibilizó el problema largamente denunciado por las organizaciones ecologistas, entre ellas WWF, e instituciones científicas del deterioro sufrido por la laguna litoral durante los últimos 30 años.

Años después, en 2019 y 2021, se sucedieron varios episodios de falta de oxígeno y de mortandad masiva de peces y crustáceos, que se saldó el año pasado con 15 toneladas de animales muertos y algas retiradas. Estos hechos provocaron una ola de indignación por la situación dramática del Mar Menor, la inacción de la administración regional, principalmente. Esto trajo graves consecuencias económicas para muchos sectores del entorno de la laguna, como el pesquero o el turismo y la restauración, así como la visibilización a nivel internacional del mal estado ecológico del Mar Menor.

La agricultura insostenible del campo de Cartagena está detrás del problema

Desde 2016, el Gobierno Regional de Murcia no ha tomado medidas eficaces para hacer frente a las casi cinco toneladas de nitratos y fosfatos que entran diariamente en la laguna a través de las ramblas procedentes de la agricultura intensiva, que creció sin ningún control debido a la disponibilidad de agua del trasvase Tajo-Segura, los pozos ilegales y el apoyo de grandes y pequeñas desaladoras.

En 2018, junto con ANSE, denunciamos esta situación a través de un informe: «La burbuja del regadío, El caso del Mar Menor», donde advertíamos que el 20% del regadío en la zona era ilegal. el 20% del regadío del entorno del Mar Menor era ilegal. Desde entonces, la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) ha desconectado y precintado captaciones o pozos ilegales en casi 1.200 ha de regadío y reconoce la existencia de unas 8.500 ha sin derechos de agua.

El presidente de la CHS ha informado de que ya ha trasladado a la Comunidad Autónoma los expedientes de la mayoría de las fincas con riego ilegal para que proceda al desmantelamiento de las infraestructuras de riego.

¿Qué se puede hacer para evitar un nuevo colapso en el Mar Menor?

  1. Junto con ANSE, pedimos al Gobierno de la Región de Murcia que deje de obstruir un cambio en el modelo de producción agrícola industrial hacia una agricultura más sostenible en el Campo de Cartagena que proteja el Mar Menor y colabore con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico a implementar las medidas propuestas en el Marco de Actuaciones Prioritarias para la Recuperación del Mar Menor y por la Confederación Hidrográfica del Segura para favorecer estos cambios en la agricultura.
  2. Además, urgimos a los ayuntamientos a introducir, con las ayudas de la Unión Europea, del Estado y de la Comunidad Autónoma, las mejoras necesarias en las redes de alcantarillado para implementar redes separativas de aguas pluviales, a la vez que recuperan si es necesario las concesiones de agua depurada a las comunidades de regantes que no las utilizan para buscar usos y tratamientos alternativos que eviten su llegada al Mar Menor.
  3. Asimismo, ofrecemos nuestra ayuda a agrupaciones de agricultores que decidan contribuir a la creación del denominado “cinturón verde perimetral del Mar Menor” mediante la puesta a disposición de terrenos al Ministerio para la Transición Ecológica para la implementación de soluciones basadas en la naturaleza.
  4. Urgimos al Ministerio para la Transición Ecológica a acelerar la redacción y contratación de los proyectos concretos anunciados en el Marco de Actuaciones Prioritarias.
  5. De igual forma, pedimos que se desarrolle un nuevo sistema de aprovechamiento sostenible de las aguas subterráneas del Campo de Cartagena que contribuya a reducir la llegada de aguas contaminadas al Mar Menor mediante su tratamiento adecuado.

Regadío

“Si bien el regadío ilegal está relacionado, en muchas regiones de España, con la sobreexplotación de los recursos hídricos, este no es el caso del Campo de Cartagena en la actualidad. El regadío en el entorno del Mar Menor tiene un excedente de agua que llega a la laguna por la infiltración del agua de riego, a través del acuífero, y de los canales de drenaje superficiales, cargada de nitrógeno. A ello se han añadido, en los últimos meses, las aguas depuradas total o parcialmente no utilizadas por las comunidades de regantes, a pesar de recibirlas gratuitamente, y de varias depuradoras municipales con una cantidad variable de fósforo de origen urbano”, afirma Pedro García, Director de ANSE.

“En una situación tan grave como la actual, y mientras se aplican soluciones eficaces, dejar de aportar agua del trasvase al Campo de Cartagena es un primer paso fundamental para empezar a ordenar la situación en torno al Mar Menor”, concluye.

Además, durante las últimas semanas, se había originado una ‘tormenta perfecta’, ya que la calima, con un aporte extra de nutrientes, y las abundantes lluvias registradas durante la primavera habían hecho innecesaria el agua almacenada para el regadío en las depuradoras, con un nivel de agua en el freático muy elevado, que ha terminado desembocando en la laguna en cantidades ingentes e infiltrándose en la red de alcantarillado de las poblaciones costeras.

Así, las medidas propuestas por el Gobierno de la Región de Murcia en años anteriores, como el Plan Vertido Cero que pretendía el aislamiento perimetral de la laguna manteniendo la mayoría de superficie agrícola de regadío actual, y otras basadas mayoritariamente en infraestructuras de gran coste económico y energético no solucionarían el problema de fondo que amenaza al Mar Menor.

Aportes de agua dulce de manera natural

“La laguna necesita aportes de agua dulce de manera natural, pero no de forma continua y cargados de nutrientes procedentes de la agricultura industrial», declara Jose Luis García Varas, responsable del Programa de Océanos de WWF España. “La convivencia de la agricultura en el Campo de Cartagena y la restauración ecológica del Mar Menor pasa por acomodar la superficie de regadío para equilibrar esos aportes, eliminando el efluente contaminante”.

Fuente: WWF

Artículo de referencia: https://www.wwf.es/informate/actualidad/?60880/el-Mar-Menor-sigue-en-un-estado-muy-fragil



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