El Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES/CIEM) ha propuesto un TAC de 6.000 toneladas según el principio de precaución, lo que evitaría un nuevo colapso de la anchoa como ocurrió en 2005.
La organización internacional de conservación marina considera que tras nueve años de datos negativos sobre la biomasa de la anchoa, esta recomendación permitiría la recuperación de esta especie sobreexplotada y aseguraría el futuro de la pesquería en el Cantábrico.
Cinco años de recuperación
Ricardo Aguilar, Director de Investigación de Oceana Europa, afirma que "la anchoa del mar Cantábrico es un stock increíblemente vulnerable. Pese a ser una especie con un ciclo de vida corto, al stock le ha llevado casi cinco años recuperarse del colapso que tuvo en 2005. Su lenta recuperación se ha debido a episodios de escaso reclutamiento, por causas aún desconocidas. Esta situación no solo amenaza la continuidad de la especie, sino la subsistencia de los pescadores. El estado actual requiere un TAC de 6.000 toneladas de acuerdo con el principio de precaución".
El pasado jueves, Maria Damanaki, Comisaria Europea de Asuntos Marítimos y Pesca, difundió un comunicado en el que anunciaba una propuesta inicial de TAC de 15.600 toneladas. Oceana afirma que este documento, supuestamente basado en sólidas recomendaciones científicas, no está en línea con las de ICES y volvería a poner la biomasa del stock en niveles que amenazan seriamente la continuidad de la pesquería, según ICES.
Ricardo Aguilar insta a la Comisión a ceñir su propuesta a ICES: "La pesquería ha estado cerrada durante cinco años tras ignorar sistemáticamente las recomendaciones científicas y se ha reabierto este año con un TAC de 7.000 toneladas, de nuevo en contra de las recomendaciones de ICES".