Un grupo de escolares participan en unos talleres de conservación de los mares. /Fundación Tortuga
Por Eva San Martín
esanmartin@ambientum.com
“Muchos son los beneficios provenientes del océano, que aprovecha el hombre: medicinas, alimentos, energía, deportes, turismo y recreación, transporte y comunicaciones”, explica un portavoz de la Fundación conservacionista Tortuga. Por ello, en el marco de la celebración del Día Mundial del Océano, que se celebró en todo el mundo el pasado 8 de junio, la organización ha impartido charlas a lo largo de todo el mes de junio, en nueve centros educativos del estado Anzoátegui, en Venezuela. ¿El objetivo? “Promover un cambio de conciencia positivo frente a las agua”, apuntan sus organizadores.
En total fueron 13 conferencias, en los que han participado cerca de 300 niños, niñas y jóvenes, con edades entre 7 y 22 años. Las sesiones educativas han girado en torno a a la protección de los mares y océanos, “los espacios más afectados por las actividades que, para su desarrollo, realiza el hombre en tierra firme”.
Sobrepesca y otros
Problemas como la sobrepesca en las aguas, la contaminación doméstica e industrial que acaba en los mares y océanos, y el desarrollo desordenado de las urbanizaciones costeras son algunos de los problemas más destacados que apuntan los ecologistas para la protección de los ecosistemas marinos.
”Cada vez se hace más necesario insistir en actividades de sensibilización que inviten al respeto de los recursos naturales”, han repetido los educadores de la Fundación Tortuga, que señalan a las reglas de las 3R como una de las claves para concienciar sobre nuestro impacto en el medio ambiente.
“Reduce, reutiliza, recicla. Son útiles consejos conservacionistas que pueden ser aplicados en los hogares y escuelas”, explican, mientras que invitan a los ciudadanos a actuar con pequeños gestos como la deposición adecuada del aceite comestible no directamente al desagüe, para cambiar. “Son pequeñas acciones que evitar que sus tóxicos contaminen los acuíferos”.