El objetivo de esta investigación, ha explicado la Fiscalía, es proceder a la elaboración de un estudio parecido a los ya realizados en ámbitos como los incendios forestales, los cebos envenenados o la incidencia del furtivismo marino.
El decreto del fiscal superior recuerda que, desde el punto de vista estrictamente penal, la persecución de los delitos ambientales tiene en cuenta la protección integral del medio, lo que incluye el equilibrio de los sistemas naturales. En el caso del agua, la protección se extiende a todo el sistema hídrico de una cuenca, frente a posibles agresiones que alteren el grado de humedad y las condiciones de flora o fauna.
Con su iniciativa, la Fiscalía pretende consolidar una "investigación sistemática" sobre el estado de estos canales fluviales en el territorio gallego, solicitando su tratamiento estadístico, recabando datos anteriores a los de las presentes diligencias y procurando juntar los recogidos por diferentes administraciones o instituciones.
Si fuera necesario, estos datos permitirían, no solo realizar actuaciones concretas de naturaleza penal, sino incluso promover modificaciones legislativas encaminadas a la necesidad de instrumentalizar el derecho para estos fines.
Por último, la Fiscalía prevé que el Seprona solicite, para la elaboración de este estudio, la colaboración de la Xunta, el Instituto de la Biodiversidad Agraria y Desarrollo Rural, las universidades, la Confederación Hidrográfica, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, las asociaciones ecologistas, las federaciones o clubes deportivos y el cuerpo de la guardia forestal.
En los últimos años, a propósito de denuncias concretas, la Fiscalía ha investigado el embalse del río Eume en A Capela, la modificación de las condiciones de declaración de impacto ambiental sobre el caudal mínimo aguas abajo del embalse de Santa Uxía y el aprovechamiento acuícola de la presa de Lires.
Asimismo, también destaca el juicio oral ante el juzgado de lo penal número 1 de A Coruña sobre los hechos sucedidos el 10 de noviembre de 2007 en la cuenca del río Xallas, cuando el vaciado total del embalse de A Fervenza provocó la muerte de, al menos, 15.000 peces.
