El equipo de científicos, procedentes de Bélgica, Alemania, España, Francia y Eslovaquia, presentó en la revista Science of the Total Environment sus resultados procedentes del análisis de 500 sustancias orgánicas halladas en las cuencas de cuatro ríos europeos importantes. Descubrieron que la contaminación por sustancias químicas orgánicas es un problema extendido por toda Europa. Además averiguaron que el 38 % de dichas sustancias se encuentran en concentraciones que podrían ser letales para los organismos que habitan dichas cuencas fluviales.
El trabajo contó con 8,4 millones de euros y otros 10 millones de euros de financiación de la Comisión Europea adjudicados respectivamente por los proyectos MODELKEY ("Modelos para la evaluación y la predicción del impacto de contaminantes clave del medio ambiente sobre los ecosistemas y la biodiversidad marinos y de agua dulce") y OSIRIS (“Estrategias optimizadas para la evaluación de riesgos de sustancias químicas basada en ensayos inteligentes”), ambos pertenecientes al área temática “Desarrollo sostenible, cambio planetario y ecosistemas” del Sexto Programa Marco (6PM) de la UE.
Una de las tareas del proyecto consistió en la construcción de una base de datos con 5 millones de registros sobre datos físico-químicos. El estudio se centró en contaminantes orgánicos registrados en más de 750.000 entradas de análisis de agua de las cuencas de los ríos Elba (República Checa y Alemania), el Danubio (que atraviesa 10 países europeos), el Escalda (Bélgica) y el Llobregat (España). Se trata del primer estudio en el que se ha desarrollado un sistema para clasificar los contaminantes orgánicos según criterios de evaluación y la necesidad de tomar medidas al respecto.
Directiva Marco de Aguas
El objetivo de la Directiva Marco del Agua es que las masas de agua superficiales y subterráneas alcancen en 2015 un buen estado químico y medioambiental. Este estado se evaluará según una lista de 33 contaminantes prioritarios. Habiendo más de 14 millones de sustancias químicas a la venta, de las cuales 100.000 se producen a escala industrial, el control de las mismas ha de reducirse a una escala aceptable. De este modo recae sobre la comunidad científica discernir cuál de ellas son más peligrosas.
Este tipo de investigación es básica para que la Directiva se mantenga actualizada. En la actualidad la lista no incluye la mayoría de las sustancias que plantean riesgo, y sí muchas otras que están prohibidas desde hace tiempo y ya no se utilizan.
En su estudio, el equipo de científicos clasificó 73 compuestos como contaminantes prioritarios potenciales, dos tercios de los cuales eran plaguicidas. Estos son productos fitosanitarios que se usan para proteger los cultivos frente a enfermedades, plagas y malas hierbas. Los plaguicidas más problemáticos fueron diazinón, prohibido ya en Austria y Alemania, así como azoxistrobina y terbutilazina, todavía permitidos en Centroeuropa.
“Ninguno de estos plaguicidas está en la lista de 33 contaminantes prioritarios a controlar por las autoridades pertinentes de toda Europa”, explicó Carsten von der Ohe, del Centro Helmholtz de Investigación Medioambiental (UFZ, Alemania) y autor principal del estudio. “La terbutilazina es un compuesto cuya estructura está muy relacionada con los contaminantes prioritarios simazina y atrazina, cuyo uso está prohibido. Este es un ejemplo claro de cómo modificaciones estructurales pequeñas en productos químicos pueden aparentemente mejorar su estado químico sin llegar a reducir el peligro que suponen para los sistemas acuáticos”.
Uno de los compuestos que se registran con más frecuencia fue el di(2-etilhexil) ftalato (DEHP), un suavizante artificial que puede perjudicar a la fertilidad y que será prohibido en la UE a partir de 2015. Otro suavizante que aparece a menudo en la base de datos es el bifenol-A (BPA), que según investigaciones también reduce la fertilidad.
El equipo también manifestó que, a pesar de estos inconvenientes, sus descubrimientos muestran la eficacia de la Directiva Marco del Agua de la UE, pues un tercio de los contaminantes clasificados como prioritarios hace unos años ya no suponen una amenaza para los ríos estudiados. Por lo tanto, a pesar de que en el estudio se manifiesta la necesidad de actualizar la lista con regularidad, el hecho de que algunos plaguicidas puedan tacharse de la lista significa que se está avanzando en el sentido adecuado.