El mar de Alborán, transición entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo, constituye una de las regiones marinas más valiosas para la conservación de la biodiversidad marina en Europa.
Muestra de ello es que se han identificado hasta 1.645 especies y se han descrito 10 nuevas especies para la ciencia. Estos fondos tienen, además, un importante papel como áreas de reproducción y cría de muchas especies, incluidas algunas de interés comercial.
Muchas de las especies que se encuentran en Alborán son raras o poco comunes en el Mediterráneo, y aparecen con relativa frecuencia en esta zona. Entre ellas se encuentran la gorgonia Ellisella paraplexauroides, una especie de gran porte considerada como muy escasa, más habitual en las costas del noroeste de África.
Asimismo, el hábitat de cascajo biogénico profundo de borde de plataforma, escasamente representado en el Mediterráneo y poco conocido hasta ahora, ha resultado ser extremadamente valioso porque en estos fondos se han identificado la mayoría de las especies. Además se ha detectado una comunidad de algas laminariales, singular y casi única en el Mediterráneo, así como fondos de “maerl” con una extensión especialmente importante.
Por otra parte, este espacio marino destaca como corredor de migración y hábitat de alimentación de especial interés para ocho especies de cetáceos y dos especies de tortugas marinas, para las que los mares de España constituyen un eslabón fundamental en su ciclo de vida, como es el caso de la tortuga boba.
El conjunto de las comunidades y especies existentes en la plataforma de la isla de Alborán convierten esta zona en un punto caliente (“hotspot”) de biodiversidad. Además de su elevada diversidad, la zona tiene otras características que justifican plenamente su conservación, la singularidad, la existencia de especies amenazadas, endémicas, de distribución restringida, raras, de especial interés científico, o vulnerables al impacto humano, la presencia de especies esenciales para el mantenimiento de las comunidades o del ecosistema.
Su estado de conservación, por último, puede considerarse muy bueno. La plataforma de Alborán reúne, pues, los criterios de representatividad biogeográfica, presencia de especies o hábitats amenazados y de áreas naturales bien conservadas establecidos en el proyecto INDEMARES, por lo que gracias a los resultados del proyecto se ha ampliado en 10.000 hectáreas la superficie protegida anteriormente como Lugar de Importancia Comunitaria de la Red Natura 2000.