Investigadores del Departamento de Física del Centro Oceanográfico de Canarias del IEO liderados por Eugenio Fraile, junto con investigadores del Departamento de Química de la ULPGC, continúan con el estudio de las condiciones físico-químicas de las aguas entorno al volcán submarino de El Hierro.
A bordo del buque oceanográfico Cornide de Saavedra, han podido constatar la desgasificación del volcán y comprobar que fundamentalmente está expulsando CO2, con ausencia total de compuestos de azufre.
Durante la campaña, desarrollada entre el 5 y el 9 de abril, se realizaron 19 estaciones hidrográficas desde superficie hasta el fondo oceánico al sur de la Restinga. Se recolectaron datos de temperatura, salinidad, profundidad, fluorescencia, turbidez, oxígeno disuelto, pH, alcalinidad, carbono inorgánico total y presión parcial de CO2, entre otros; con el objetivo principal de evaluar el impacto sobre el ecosistema marino siete meses después de que se iniciase el proceso eruptivo en la isla.
Los científicos observaron que aún existe un área alrededor del cono volcánico submarino, de 500 metros de radio, en el que las propiedades físico-químicas del agua siguen afectadas de forma significativa. Este es el caso del pH, con disminuciones de 1.8 unidades por debajo del valor normal o de la salinidad, que ha disminuido hasta 0.1 puntos respecto a las aguas adyacentes. Estudios recientes han confirmado que, debido a los efectos del cambio climático, la salinidad en la región de Canarias aumentará en la próxima década del orden de 0.1, por lo que el volcán submarino, siete meses después del comienzo del proceso eruptivo, está produciendo una variación en la salinidad de magnitud similar a la esperada en los próximos diez años, pero de signo contrario.
Gracias a CETOBAPH
El equipo científico del IEO y la ULPGC ha podido dar continuidad a los trabajos que realizaron en el buque oceanográfico Ramón Margalef gracias a CETOBAPH (Cetáceos, Oceanografía y Biodiversidad de aguas profundas de La Palma y El Hierro), proyecto del Plan Nacional que lidera la investigadora de la Universidad de La Laguna, Natacha Aguilar, quien ha permitido embarcar a los científicos cediéndole parte de su tiempo disponible en el buque oceanográfico Cornide de Saavedra.