El director del Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE), Luis Jiménez Herrero, señaló hoy que el precio del agua refleja «poco» los costes de la gestión de ese recurso, porque estos no se han «internalizado suficientemente hasta ahora» y esa puede ser una de las causas de que el agua sea usada de forma «menos sostenible».

Así, durante la presentación del informe «Agua y Sostenibilidad: Funcionalidad de las Cuencas» en el marco del IX Congreso Nacional de Medio Ambiente, tanto Jiménez Herrero como el director de la Tribuna del Agua, Eduardo Mestre, propusieron «reflejar la verdad ecológica de los costes» del agua, al valorar que si el que genera el coste «no lo paga», entonces «alguien más está pagando, unas veces el Medio Ambiente, otras las generaciones futura, y otras, el Gobierno a través de subvenciones».

«Si una generación futura es la que tiene que pagar esos costes, entonces nos estamos hipotecando», manifestó el director del OSE. Al mismo tiempo, Jiménez Herrero consideró que el agua «no se merece un tratamiento mercantilista ni que sea considerada como un simple bien comercial, porque más que un recurso es un patrimonio que hay que proteger y defender».

En ese sentido, el director del OSE apunto que el desafío es superar el enfoque tradicional de gestión simple de este recurso a una gestión que calificó de «compleja, integral y ecosistémica» y que, a tal fin, debe promoverse la participación social como un buen instrumento de planificación hidrológica y de ordenación, para garantizar la fuente de suministro de bienes y servicios ambientales.

Enfoque integrador

El informe «Agua y Sostenibilidad: Funcionalidad de las cuencas», que hoy se presentó en el CONAMA 9 –que se desarrolla desde hoy hasta el próximo viernes–, es fruto de la colaboración entre la Expo Zaragoza 2008 y el OSE, para desarrollar un «enfoque integrador» con que apoyar la sostenibilidad y el patrimonio hídrico general, más allá de la «mera gestión eficiente». Además, pretende que el concepto de funcionalidad sea introducido en las cuencas como «elemento clave» para la recuperación, la gestión, el mantenimiento operativo de las mismas en el actual escenario de cambio climático.

Según definió Mestre, se trata de un informe «pionero», en el que se ha seguido la metodología de la Agencia Europea de Medio Ambiente, que hasta ahora no se había utilizado en España para analizar la situación del agua. El estudio identifica 70 indicadores que estudian tanto las aguas superficiales como las subterráneas.

En cuanto a los indicadores de presión, el documento concluye que el volumen de extracción de agua continúa aumentando y el volumen total de agua controlada y distribuida por abastecimiento público en 2005, alcanzó los 4.873 hectómetros cúbicos, de los cuales el 82 por ciento se destinaron al consumo familiar, municipal y de los sectores económicos, mientras que el 18 por ciento fueron pérdidas.

También se destaca la tendencia descendente en el consumo de fertilizantes por unidad de superficie en los últimos años, la mejora de la calidad de las aguas continentales superficiales, que refleja la disminución de las cargas contaminantes de materia orgánica vertida y la creciente reutilización de las aguas depuradas, de las que el 80 por ciento se destina al riego agrícola.

Finalmente, el informe concluye que se han logrado progresos significativos en la eficiencia del uso del recurso y en mejora de la calidad cuando se han acometido programas ambiciosos, y que es necesario introducir el concepto de funcionalidad de las cuencas como elemento clave en las evaluaciones de sostenibilidad, dentro de los programas de cambio climático.

Por ello, según Jiménez Herrero y Mestre el informe ayuda a optimizar la información disponible para mejorar la planificación y las estrategias de adaptación ante el cambio climático, que conlleva impactos significativos en el ciclo hidrológico y en la disponibilidad de los recursos.



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