La organización internacional de conservación marina resalta que muchas de las medidas actualmente en vigor son inadecuadas para asegurar la viabilidad a largo plazo del sector pesquero y del medio ambiente marino. De hecho, el 80% de los stocks capturados comercialmente en el Báltico y el Kattegat carecen de medidas básicas de gestión.
“Es irracional que de las más de 50 especies que se capturan comercialmente en el mar Báltico y el Kattegat, solo 10 cuenten con recomendaciones científicas y únicamente 5 de ellas se gestionan mediante Totales Admisibles de Captura (TAC),” declara Xavier Pastor, Director Ejecutivo de Oceana Europa. “Además, se ignoran por completo las recomendaciones científicas. El TAC para el salmón, por ejemplo, una especie amenazada y en declive, es el doble de lo recomendado.”
Los países del mar Báltico se han comprometido a una serie de acciones para restaurar el buen estado del mar. Entre ellas se incluye alcanzar en 2015 el Rendimiento Máximo Sostenible (RMS, MSY en inglés) de todos los stocks pesqueros, es decir, la mayor cantidad que puede capturarse de una especie en un período indefinido de tiempo sin reducir el tamaño del stock. Otro compromiso es lograr el Buen Estado Medioambiental de todos los entornos marinos para 2020.
“Con las actuales medidas, es altamente improbable que los países ribereños del Báltico logren estos ambiciosos objetivos dentro de las fechas acordadas”, señala la científica marina Hanna Paulomäki, Project Manager de Oceana en el Báltico. “Lo primero es conocer el estado de los stocks de las especies explotadas comercialmente y gestionar todas ellas. La pesca debe gestionarse teniendo en cuenta el ecosistema en su conjunto y hay que emplear un enfoque de precaución cuando falte información.”
Entre otros problemas, la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (IUU, por sus siglas en inglés) continúa siendo preocupante, especialmente en el caso del salmón y la trucha marina en el Báltico y el bacalao en el Kattegat. Aunque la pesca IUU de bacalao se ha reducido en los últimos años debido a un aumento de control y vigilancia, aún persiste el problema y el porcentaje de capturas no declaradas sigue siendo alto en algunas pesquerías.
Oceana propone una serie de recomendaciones para mejorar la gestión en el Báltico, incluyendo:
- Control y vigilancia más estrictos en todos los países del mar Báltico.
- Mejor selectividad de las artes de pesca y fin de las prácticas destructivas –como la pesca de arrastre y la draga–, con el fin de prevenir tanto sus efectos perjudiciales en el fondo marino como capturas accidentales y descartes.
- Inclusión de las capturas de la pesca recreativa, en su mayoría ni gestionadas ni tenidas en cuenta para cuotas, planes de gestión u obligaciones de declaración.
- Medidas de gestión pesquera estrictas tanto dentro como fuera de las áreas marinas protegidas, para preservar no sólo los stocks pesqueros, sino también todo el ecosistema báltico, la industria y las comunidades pesqueras, y los propios pescadores.
En este sentido, la reforma de la Política Pesquera Común y su aplicación en el mar Báltico desempeñan un papel clave en la definición de la sostenibilidad ecológica como objetivo principal de la política pesquera europea. La sostenibilidad económica y social de la pesca solo se puede lograr si primero se logra la sostenibilidad ecológica.
El informe ha sido financiado con contribuciones de la Fundación Arcadia, Zennström Philanthropies y la Fundación Robertson.