"España quiere confirmar su compromiso con un foro internacional como este en el que han destacado, por su alto nivel, no solo los trabajos presentados sino las conclusiones adoptadas", ha asegurado Ramos.
Asimismo, ha mostrado su satisfacción por las decisiones adoptadas, como la gestión integrada de las zonas costeras y el fomento de la cooperación de países no miembros con la estrategia marina de la Unión Europea.
En XVII reunión de las Partes Contratantes han participado 21 países del área mediterránea y de la UE que han debatido sobre el estado medioambiental del Mediterráneo, la protección de las áreas marinas en mar abierto y la contaminación de las prospecciones petrolíferas offshore.
Profunda preocupación
Las partes contratantes del Convenio de Barcelona han manifestado su "profunda preocupación" por las amenazas que afectan a la costa y al medio ambiente marino, incluida la contaminación desde los recursos costeros a los de alta mar, debido a las actividades d explotación y exploración, los residuos, la sobre explotación de los recursos naturales y la pérdida de biodiversidad, la degradación costera, los impactos del cambio climático que afectan al mar Mediterráneo y a sus ecosistemas costeros.
Por ello, instan a establecer áreas marinas protegidas y gestionadas desde un punto de vista del desarrollo sostenible, que permitirá que los bienes y servicios que proporcionan se puedan utilizar de forma sostenible a largo plazo.
Además, en la “Declaración de París” las partes admiten las consecuencias que la crisis económica global pueden tener sobre el desarrollo sostenible en la región Mediterránea, aunque también subrayan que también ofrece oportunidades para ilustrar el irremplazable papel del Plan de Acción del Mediterráneo como marco de trabajo para un diálogo de cooperación operacional y de un desarrollo medioambiental sostenible.
En este contexto, los 22 países han resuelto adoptar las medidas necesarias para lograr un Mediterráneo limpio, saludable y que sea un mar productivo con ecosistemas y una diversidad cuidada. Para ello, proponen desarrollar una red de trabajo coherente de la costa y áreas marinas protegidas en el Mediterráneo, incluyendo alta mar.
Limitar la contaminación
Asimismo, se comprometen a intensificar los esfuerzos para limitar la contaminación y, en previsión de que el tráfico marítimo se intensificará en los próximos años, elaborar una estrategia para evitar la contaminación por shipping -recargar combustible en alta mar-, especialmente mediante la cooperación judicial entre los países.
Por otro lado, se comprometen a gestionar de forma integrada las distintas áreas costeras del Mediterráneo, como un único instrumento al servicio de los Estados del Mediterráneo. Esto se realizará mediante un plan de Acción y con la aprobación de una hoja de ruta por las partes tan pronto como sea posible.
Al mismo tiempo, se tratará de implantar una “economía azul” para el Mediterráneo como una versión de la "economía verde" aplicada a los mares y océanos, teniendo como política estratégica la Estrategia del Mediterráneo para un Desarrollo Sostenible.
Igualmente, proponen reforzar el marco legal para la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad marina bajo una jurisdicción nacional que realmente refleje todos los esfuerzos e identifique todas las vías a seguir, como acuerdos multilaterales bajo la Convención del Derecho del Mar de Naciones Unidas.
10% de áreas marinas protegidas en 2020
Finalmente, se ha puesto como meta alcanzar el 10 por ciento de áreas marinas protegidas en el Mediterráneo para el año 2020, se han acordado planes vinculantes para reducir la contaminación por mercurio, la preservación de la vegetación marina a través de la creación de 7 nuevas zonas de especial protección (ZEPIM), así como el apoyo a la preparación de un informe sobre el estado del medio marino para el año 2014.
Estos acuerdos incluirían áreas marinas protegidas, el acceso a recursos genéticos y el reparto de los beneficios según los usos, y el impacto de las actividades humanas.