Mal uso y consumo del agua en las ciudades
La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) realizó un informe del desperdicio de agua en una selección de 48 urbes del mundo basándose en criterios de seguridad del agua, abastecimiento, saneamiento, manejo de aguas residuales, drenajes y tratamiento. En un planeta en el que la escasez de agua afecta a más del 40 % de la población mundial, reducir el gasto innecesario de agua es imprescindible para cumplir con el sexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
¿En qué ciudades se desperdicia más el agua?
Según el informe de la OCDE, el top ten de las ciudades seleccionadas para este ranking donde se desaprovecha un mayor porcentaje del agua gestionada son:
- Ciudad de México (México) 44 %
- Nápoles (Italia) 37 %
- Glasgow (Escocia) 37 %
- Montreal (Canadá) 33 %
- Roma (Italia) 26 %
- Edimburgo (Escocia) 24 %
- Atenas (Grecia) 23 %
- Liverpool (Inglaterra) 22 %
- Praga (República Checa) 21 %
- Calgary (Canadá) 20 %
¿Cómo se desperdicia el agua en las ciudades?
La principal causa por las que se desperdicia el agua en las ciudades suele ser una infraestructura deficiente, aunque muchos otros factores influyen en el escaso aprovechamiento del agua. Por ejemplo, en Ciudad de México, donde se desperdicia casi la mitad del agua gestionada, se combinan la baja calidad del agua, las frecuentes inundaciones, la falta de irrigación (sistemas de riego), un sistema de bombeo obsoleto -en algunos sectores tiene hasta 70 años de antigüedad y fabricado con materiales catalogados como cancerígenos por la Organización Mundial de la Salud-, fugas habituales y el mal aprovechamiento del agua de lluvia.
Gestión compartida, mejor que centralizada
Aparte del estado estructural del sistema de abastecimiento y desecho del agua, también influye de manera significativa la administración pública del servicio. Según la OCDE, el aprovechamiento del agua está más optimizado en aquellas ciudades en las que la gestión está repartida entre varios agentes públicos y privados: desde el gobierno municipal hasta el nacional con la intervención de empresas particulares, y citan ejemplos como Alemania o Noruega, donde los diferentes modelos de gestión, especialmente en el tratamiento de agua ya utilizada, reduce en gran medida el desperdicio.
Por el contrario, los datos muestran que aquellas municipalidades donde se ha descentralizado la gestión del agua tienen más carencias a la hora de hacer un buen empleo del ciclo del agua en el entorno urbano.
El alarmante caso de la gestión del agua en Nápoles
Nápoles desperdicia un 37 % del agua que gestiona según la OCDE. Sin embargo, el mayor problema de la ciudad italiana es el estado del líquido elemento. Un demoledor informe del ejército estadounidense, que tiene una base en la zona, asegura que el 92 % de los pozos privados y el 57 % de los grifos en el centro de la ciudad suponen “un riesgo inaceptable” para la salud, por lo que conminan a sus soldados a no usar el agua corriente “ni para lavarse los dientes”.
Estados Unidos localiza el problema de este polémico informe en el tratamiento de agua de las ciudades, sospechoso de ser gestionado por la Camorra napolitana desde hace dos décadas, del que dicen que no ha cumplido los pertinentes estándares biosanitarios. Nuevamente la gestión administrativa se convierte en un problema que no sólo provoca el mal aprovechamiento del agua, sino que además pone en riesgo la salud de los consumidores.