En numerosos países europeos, el agua de beber procede de fuentes subterráneas. Concretamente, en Dinamarca, Austria, Islandia, Italia y Suiza, más del 80 % del agua del grifo tiene ese origen. Formalmente, el agua se extrae mediante bombeo para filtrarla a continuación (del mismo modo que se filtra el café) para eliminar el hierro, el manganeso y otras impurezas que puede contener.
Sin embargo, surge el problema de que los filtros empleados tienen que limpiarse. Este proceso consiste en un lavado con agua a contracorriente y, durante el mismo, se puede perder hasta el 10 % del agua potencialmente potable, ya que sencillamente se desecha como agua residual, según explicó André Reigersman, coordinador del proyecto financiado con fondos europeos IWEC (Increased water efficiency with ceramic membrane technology) y director ejecutivo de la PYME neerlandesa RWB Water Services.
IWEC tiene el firme propósito de introducir membranas cerámicas en este proceso, una opción cuya viabilidad sus responsables aspiran a demostrar en una planta de demostración sita en los Países Bajos.
En palabras del propio Reigersman: Utilizando membranas podrían ahorrarse hasta dos kilómetros cúbicos de agua al año, lo que equivale al agua potable consumida entre Suecia y Países Bajos.
Se han investigado distintos tipos de membrana, pero las versiones de plástico, que funcionan adecuadamente con sistemas de presión o succión, no garantizan la eliminación absoluta de las bacterias dañinas, son propensas a romperse y su fabricación resulta relativamente cara.
Los responsables de RWB Water Services determinaron que las membranas cerámicas constituían la opción óptima y emprendieron ensayos con ellas en 2009. Tres años después se inició el proyecto IWEC, en el que también participan una empresa neerlandesa de producción de agua para beber y otra empresa manufacturera polaca.
El coste de fabricación de las membranas es asequible gracias a que se realiza en Polonia. Según explicó Reigersman: ¨Para que triunfe, nuestra propuesta debe ser asequible además de innovadora¨.
Además de las ventajas que presentan para la salud y desde el punto de vista económico, las membranas cerámicas poseen una vida útil de entre quince y veinte años, muy superior a los cinco años de los filtros convencionales. Y una vez que llegan al final de su vida útil, estas membranas se pueden reciclar, por ejemplo para la fabricación de azulejos. El equipo responsable estudiará más a fondo la reutilización de estas membranas (un elemento fundamental de IWEC) antes del fin de este proyecto.
El mayor escollo hasta ahora han sido las barreras comerciales, por encima de las dificultades tecnológicas. En los Países Bajos existía un impuesto sobre aguas residuales, si bien ya se ha eliminado. Por otro lado, varios países de la Unión Europea no han aplicado aún la legislación común sobre los métodos de reutilización y análisis de aguas.
A pesar de todo, el equipo de IWEC se muestra muy optimista: ¨Los comienzos han sido más difíciles de lo esperado, pero parece que hemos alcanzado algunos éxitos por lo que se refiere a eliminar barreras comerciales¨, destacó Reigersman.
Si la planta de demostración resulta eficaz, Reigersman confía en conseguir que las membranas cerámicas se erijan en la solución estándar para la reutilización del agua en los Países Bajos, después de lo cual pondrá sus miras en otras naciones.
El sur de Europa está descartado puesto que la pérdida de agua durante la distribución ya se encuentra a un nivel muy elevado, en algunos casos entre el 10 y el 30 %. Según indicó Reigersman: ¨No tiene sentido invertir en algo para ahorrar un 5 % cuando las pérdidas son tan elevadas en otros tramos¨.
Pero sin duda muy pronto habrá noticias de la labor de IWEC en otros países. El equipo responsable ya está estudiando el mercado alemán y ha elaborado un inventario comercial que abarca varios países. Su propósito es empezar por aquellos en los que el agua de beber resulta cara, como en Dinamarca.
El proyecto IWEC cuenta con una financiación superior a 847 000 euros facilitada por la UE a través de su Plan de Acción sobre Ecoinnovación y tocará a su fin en junio de 2015.