Medio Ambiente y Ordenación del Territorio Gallego
La Consellería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio estudiará trasladar la otras masas de agua de Galicia y la otras especies las mejoras y avances adquiridos en el programa Life+ Margal Ulla.
La conselleira de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Beatriz Mato, señaló ayer –durante la clausura de una jornada sobre lo Programa Life+ Margal Ulla, junto con la directora general de Conservación, Ana María Díaz López- que el conocimiento sobre el patrimonio natural, de la cultura de la colaboración y de la conciencia ambiental que se ha alcanzado en los seis años de proyecto vienen a reforzar la posición de Galicia como referente en el cuidado de los ríos, de la biodiversidad y del medio ambiente.
Recordó que este programa, que contó con una inversión de 3,3 millones de euros y al que la Xunta aportó casi el 50%, tenía por principal objetivo a recuperación de las poblaciones del mejillón de río y el desmán ibérico en la cuenca del río Ulla. Señaló que el primer reto de este plan fue la necesidad de incrementar el conocimiento científico que se tenía sobre estas dos especies; por lo que uno de los grandes avances fue dar a conocer mucho mejor los comportamientos de estas dos especies, las amenazas a las que tienen que hacer frente y la manera de ayudarles a superarlas.
La conselleira de Medio Ambiente recordó que el mejillón de río y el desmán ibérico son dos especies que, en la actualidad, se encuentran amenazadas principalmente por el efecto de la acción humana; pero el Life+ Margal Ulla demostró la necesidad de llevar a cabo medidas concretas para avanzar en el objetivo de su recuperación, gracias a actuaciones de cultivo ex situ de larvas de mejillón o la recuperación de cinco kilómetros de bosque de ribera, plantándose más de 1.000 árboles y eliminando más de 3.000 ejemplares de especies exóticas e invasoras.
Según trasladó la conselleira este programa también supuso una oportunidad para crear una auténtica cultura de colaboración entre los socios y sentó las bases para el intercambio continuo de información entre profesionales de la biodiversidad, el agua, la agricultura y el patrimonio de la Comunidad. Una colaboración que también se hizo extensiva a nivel europeo, ya que se trabajó mano a mano con los investigadores de Suecia, Finlandia, Irlanda, y Luxemburgo o Francia.
Por último, destacó la importancia de implicar a toda la sociedad en la conservación de los ríos, del patrimonio natural y de la biodiversidad y apostó por trabajar a favor de la compatibilidad de los usos humanos y la protección de la red fluvial y de las especies que viven alrededor. “En la medida en que seamos capaces de conseguir un equilibrio entre el crecimiento y la sostenibilidad, podremos garantizar la calidad de vida de las generaciones actuales sin hipotecar el futuro de las próximas”, concluyó.