Según ha explicado el director general de TINA, Ricardo Blach, el diseño de esta innovación es modular y funciona a través de energía renovable y agua no necesariamente potable en cualquier lugar del mundo de forma que en 15 metros cuadrados se puede proporcionar energía eléctrica y combustible para vehículos donde no existe ninguna red eléctrica disponible.
"Es una solución eficaz para poblaciones aisladas en países en vías de desarrollo", ha destacado Blach que ha añadido que el precio de la instalación también es "asequible" ya que cada unidad tiene un coste aproximado de entre 80.000 y 90.000 dólares. Por ello, ha explicado que Tina se ha puesto en contacto con Ministerios de Educación de distintos países en desarrollo, como India o Bangladesh, a los que aspira vender unas 100 unidades en 2014 porque considerar que esta es una buena solución para disponer de escuelas en lugares remotos.
Concretamente, ha explicado que la energía para la generación de hidrógeno puede proceder de electrolisis del agua; del viento o del sol y que las necesidades diarias de agua del equipo son de 5 litros al día que, además puede proceder de pozos, manantiales, charcos, lluvia o ríos porque el equipo incorpora un sistema de depuración del agua.
Asimismo, ha añadido que a pesar de estar pensado para lugares sin medios de transporte, en zonas aisladas, y países en desarrollo también puede ser útil en zonas rurales de países desarrollados, como por ejemplo en lugares remotos de Estados Unidos, en donde viven unos 24 millones de personas sin acceso directo a la energía eléctrica.
Blach ha puesto de ejemplo una población remota de África donde con este sistema dispondrían de energía, una escuela, acceso a las telecomunicaciones e Internet mediante GPS, un consultorio médico y una estación de repostaje. "Permite el abastecimiento autónomo e independiente en una localización remota", ha apuntado.
A su juicio, hay "mucho interés y necesidad" en escuelas en lugares remotos y, por eso, están centrándose en ese sector. Por último, ha indicado como fórmula para la financiación de la planta, la energía, el agua o el combustible que puede producir se puede vender.
Finalmente, ha indicado que Tina ha establecido contactos con el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y tiene previsto ampliar estas conversaciones a otras organizaciones internacionales como la UNESCO, la OCDE, Naciones Unidas, PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) y UNICEF para darles a conocer el proyecto, que tiene una planta de demostración en una localidad de Segovia.